miércoles, agosto 13, 2025
HomeSociedadOrganizaciones frente al temor y el aislamiento

Organizaciones frente al temor y el aislamiento


En un mundo que nos empuja al individualismo, las empresas tienen un rol crucial en recuperar lazos y fortalecer nuestra subjetividad.

Por Mariano Qualeta.

Psicoterapeuta/Escritor. Consultor en Bienestar Psicosocial en Organizaciones.

Autor del libro “Entre. Del dolor a la reconstrucción”.

El trabajo va más allá de lo económico, si bien construye sentido de pertenencia y bienestar, también puede generar aislamiento, malestar o enfermedades. Las prácticas de gestión humana en las organizaciones influyen profundamente en la subjetividad laboral. Unas condiciones adversas comprometen la salud, generando sufrimiento y dificultando el desarrollo de capacidades psicosociales. En contraste, un entorno laboral que promueve el reconocimiento, la autonomía real, el apoyo social y el desarrollo de proyectos actúa como factor protector para la subjetividad.

Los miedos actuales en el ámbito laboral emergen cuando las necesidades de los trabajadores se ven amenazadas. A los temores tradicionales como la pérdida del empleo, la inestabilidad económica o la falta de reconocimiento, se suman hoy otros: la evaluación permanente del rendimiento, la competencia generalizada, la individualización que convierte conflictos sociales en problemas personales, y la responsabilización por el propio destino, exigiendo al trabajador ser un “emprendedor meritocrático” en constante autoactualización.

Amenazas propias de este tiempo

El sociólogo estadounidense Richard Sennett (2012) destaca la importancia de las “habilidades dialógicas” para la cooperación: sensibilidad hacia los demás, escucha, tacto, búsqueda de acuerdos y gestión de desacuerdos. La comunicación efectiva, el manejo de conflictos y el apoyo mutuo son claves para el bienestar. Sin embargo, Sennett advierte que las organizaciones actuales sufren el debilitamiento del “triángulo social” (autoridad ganada, respeto mutuo, solidaridad), la falta de estabilidad y conocimiento contextual, la cooperación limitada, el “efecto silo”, la desconfianza en superiores y el surgimiento del “YO NO COOPERATIVO”.

Cuando las relaciones laborales se resienten, la comunicación mediada por tecnología reduce el entendimiento, transformando el ambiente laboral en un riesgo psicosocial. Ante la complejidad, el individuo se aísla por ansiedad, adoptando una “máscara social”. Esto se manifiesta en la búsqueda de control, autocomplacencia, aburrimiento voluntario y la “obsesión” por la autoexigencia y la competencia, buscando un perfeccionismo inalcanzable. El trabajo duro se convierte en un refugio contra los otros. Esta actitud reduce la cooperación y aumenta el aislamiento, pudiendo derivar en violencia laboral o acoso. Prevalece el “yo no cooperativo”.

Un abordaje desde la psicología: el ENTRE

La cultura contemporánea se enfoca en el ego e ignora el aporte indispensable de la alteridad en la constitución del “yo”. La constante autodefinición y comparación llevan a una pérdida de sentido, a la soledad y al vacío. El sufrimiento se privatiza, perdiendo su dimensión social. La digitalización y la inmediatez anulan la distancia que ofrecía la alteridad, convirtiendo al otro en un reflejo de uno mismo. Esta “violencia de lo igual” conduce a un narcisismo social que encierra al individuo en un círculo de autoafirmación y miedo, rechazando lo diferente y perdiendo el sentido de la comunidad.

El “entre” no es solo sobre los sujetos o el grupo, sino sobre la escena, lo que ocurre en la interacción. Es crucial comprender qué sucede con todos los involucrados en un tiempo y espacio compartidos. Pensar en el “entre” implica pasar de roles estáticos a agenciamientos: la relación de co-funcionamiento entre elementos heterogéneos que comparten un territorio. En situaciones críticas, nunca son problemáticas individuales, sino de un sistema global que crea un estado, jugando entre el aquí y ahora, y la historia de cada uno.

El rol de las organizaciones en dar soporte

La subjetividad se construye y reconstruye sistémicamente en la interacción entre la persona y el entorno. Los entornos laborales actuales, al potenciar el individualismo, la competencia, el aislamiento y la autoexplotación, incrementan los riesgos psicosociales. Esto distorsiona la subjetividad y afecta negativamente la capacidad de afrontar la realidad.

Frente a esta realidad desestructurante, es fundamental que las organizaciones generen mecanismos y estrategias que fortalezcan al sujeto y operen sobre las relaciones y el sistema integrado.

¿Cómo recuperar el “Entre” en las organizaciones? Este es un desafío que nos involucra a todos.

RELATED ARTICLES

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here

Most Popular