La pandemia no frena la creatividad de Ricky Pashkus. El reconocido coreógrafo, docente y director de teatro expresa su opinión sobre el nuevo escenario y avanza con nuevos proyectos.
Cuando era chico, el living de Ricky Pashkus se transformaba en un gran teatro donde jugaba, bailaba y actuaba junto a su hermano. Admiraba a los artistas de las películas argentinas y las norteamericanas, pero sobre todo los musicales. Nació en el seno de una familia de inmigrantes, de clase media, que no aspiraba a tener un hijo artista. Sin embargo, en la adolescencia Ricky descubrió el teatro gracias a la necesidad de expresarse, sentirse más sociable y ser aceptado por su grupo de amigos. “La vida me parecía aburrida sin el teatro”, recuerda este multifacético director, quien hoy -lejos de las tablas debido al aislamiento social- no para de gestar propuestas solidarias, siempre relacionadas con el arte.
¿Cómo ves el panorama del teatro en la actualidad y su futuro, a causa de la “nueva normalidad” que vendrá?
Me cuesta mucho lo de la nueva normalidad. Para algunos significa que no podremos besarnos, o que los adultos mayores no podrán acercársenos. Pero para otros alude a que no habrá teatros o cines, salvo butacas de por medio. No veo nuevas normativas peligrosas, lo que veo son más pobres y una peor vida.Desde que comenzó la pandemia, los humanos pasamos de creer que esta era una oportunidad para que mejore la naturaleza del mundo y el medio ambiente, hasta que nos dimos cuenta de que se avecina la miseria, la peor de las crisis. Por ende, creo que el problema del teatro será la falta de dinero, como será para todo el mundo. En la Argentina vendrán obras más vinculadas a la diversión, comerciales, con entradas más accesibles y grandes figuras convocantes. Habrá una menor experimentación y menos trabajo en general, pero no puedo decir que eso me guste.
Exitoso director y productor, además de coreógrafo y docente, la pandemia interrumpió las presentaciones de “Kinky Boots”, su nuevo musical, protagonizado por Martín Bossi y Fer Dente. Pero también la nueva gira de “Argentina Baila”, el espacio abierto a todas las expresiones artísticas del folclore de nuestro país, que él dirigía y se emitía por la TV Pública.
¿Cómo estás viviendo este momento a nivel personal?
Es un momento duro, pero soy un privilegiado. Sé inventar trabajo. Tengo gente que confía en mí y le da bolilla a las cosas que invento. Tengo una productora, Rimas Producciones, que puede afrontar con dignidad la situación. Pero en lo personal, lo que más me duele es cómo reaccionamos los seres humanos frente al virus, como si fuera necesario vivir una escena de locura generalizada, a nivel mundial. Somos una mezcla de panic attack con una sensación de sinsentido. Nos pueden decir de todo y todo lo escuchamos. Toleramos la sobreinformación que recibimos, de parte de las autoridades del mundo, sin haber enloquecido todavía. Un día nos dicen una cosa y al día siguiente otra, con el temor como vía del mensaje y la comunicación.
Ricky afirma que el virus creó incertidumbre y que el ser humano demostró no tolerarla. Por eso, lo que más le duele son los momentos inhumanos que vive la sociedad, casi como encarnando la ley por motu proprio y no debido al virus. “Al inicio de la cuarentena, cerca de mi casa, con un altoparlante y desde su balcón, un hombre delataba a los que se movían: ´Una señora a la izquierda´, ´Un coche dobla por la calle Guido´… No me gusta el modo enloquecido en que reaccionamos, pero el poder y los medios supieron muy bien cómo aprovecharlo”, comenta.
Estás muy comprometido con proyectos sociales pero siempre relacionados con la cultura, como el festival solidario virtual “Un abrazo por la 31”, realizado para recaudar fondos para el barrio Padre Mugica (ex Villa 31). ¿Qué te movilizó a organizar este evento?
Me llamó el cura Willy Torre, de la parroquia del barrio, y me lo propuso. Me dio la libertad de hacerlo como quisiera y fue un momento muy especial para él, porque se había infectado de Coronavirus. Estaba aislado, vivía en un hotel, y me llamó desde ahí. ¿Cómo decirle que no a quien, desde su propio momento doloroso, igual seguía pensando en lo necesario y solidario? No dudé ni un instante.
Ahora estás produciendo el ciclo de entrevistas “Siempre es Teatro”, a beneficio de la Casa del Teatro, con renombrados artistas que se suman al proyecto. ¿Cómo surgió la posibilidad de hacerlo?
Con mi productora pensamos que sería ideal crear estas entrevistas con grandes figuras, a beneficio de La Casa del Teatro. La imagen de aquel emblemático programa “Inside actor’s studio”, que conducía James Lipton, fue el espíritu deseado. Julio Chávez, Luis Brandoni, Fer Dente, Natalia Oreiro, Juan Minujín, Puma Goity, Julieta Diaz y Laurita Fernández fueron, entre tantos otros, las figuras que respondieron inmediatamente de una forma increíble.
En la actualidad, algunas obras de teatro se proyectan de forma online. ¿Pensás que el uso de las plataformas de streaming puede ser una tendencia, de ahora en más, para el teatro?
No, no creo que las obras online sean una tendencia. Serán una vía para músicos, cómicos, humoristas o stand up, pero no para obras teatrales, eso no le interesa a la gente. Nadie imagina que a alguien le pueda gustar más el Lollapalooza Online que en vivo, o que sea más divertido ver a los Rolling Stones a través de una pantalla. Estar en el lugar es lo esencial.
El ciclo “Argentina Baila” te llevó a recorrer muchas provincias argentinas. ¿Qué destacarías de la gente de nuestro país?
La gente de nuestro país es bella, humilde, y -en general- la diferencia entre Capital y el resto del país todavía es notoria. La humildad del interior y el cancherismo de la Capital es una verdad pero, a diferencia de lo que muchos creen, una gran cantidad de artistas han nacido en el interior. Y esa humildad, cuando se aúna con la valentía, crea grandes proyectos. Humildad y sumisión es errar el camino, pero humildad y valentía es crear cambios.
Perfil
Ricardo Pashkus nació el 23 de febrero de 1955 en Buenos Aires. Fue distinguido como “Personalidad destacada de la Cultura” y galardonado con varios premios ACE, Trinidad Guevara, Estrella de mar y otros reconocimientos de renombre. En noviembre de 2018 diseñó la coreografía de “Argentum”, el musical federal que fue presentado en el Teatro Colón, durante la 13º Cumbre del G-20, frente a los jefes de Estado de los principales países del mundo. Del espectáculo participaron artistas emergentes y grandes referentes, como Julio Bocca y Mora Godoy.
También es el creador de grandes certámenes y galardones como los premios Hugo y Chúcaro, y del programa y certamen televisivo “Argentina Baila”; mientras que en teatro dirigió obras como “Los productores”, “Hairspray”, “Sweeney Todd”, “Te quiero, sos perfecto, cambiá”, “Chorus Line” y “La jaula de las locas”, entre muchas otras.