Los nuevos pórticos de Bahía Grande brindan un acceso elegante y seguro a los muelles, fruto de la colaboración entre amarristas y un equipo de profesionales. Diseño, calidad y seguridad se fusionan en esta obra que transforma el paisaje náutico de Nordelta.
La icónica Bahía Grande de Nordelta se renovó por completo gracias a los nuevos pórticos de acceso a los peines de amarre. Diseñados para sumar originalidad, mayor comodidad y seguridad a los propietarios de las embarcaciones, estas modernas estructuras fueron creadas por el reconocido diseñador industrial Juan Doberti, con el objetivo de reemplazar a los antiguos portones de rejas, pero además resaltan la belleza de la bahía nordelteña. En una charla con Revista Nordelta, el director de amarras, Alfredo Morcillo Rosso, cuenta los detalles de cómo se llevó a cabo el proyecto.
–¿Cómo surgió la idea de renovar el ingreso a la bahía con estos pórticos?
–Originalmente, el objetivo era embellecer la bahía, dándole una impronta diferente a los ingresos y que la puerta de acceso fuera acorde a la calidad de los barcos, como un detalle artístico de calidad. Si bien fui el primero en impulsar la idea, el proyecto se concretó gracias a la colaboración de un gran equipo de profesionales, conformado por Manuel Kosoy, presidente de AVN, el arquitecto Cristián Ramallo, y el reconocido diseñador industrial Juan Doberti. Sin embargo, los amarristas, propietarios de Bahía Grande, fueron los principales inversores, sin su aporte nada hubiera sido posible. Así que el trabajo fue en conjunto.
La renovación no fue fácil, ya que demandó casi cuatro años de trabajo, y pasó por muchas contingencias, hasta su apertura, el 7 de agosto de 2024. “Fue una inauguración muy linda y la gente estaba muy contenta. Originalmente el proyecto estaba planeado para que se terminase en un año y medio… pero tardó más de tres, y las eventualidades que surgieron nunca fueron favorables, ni tampoco los adicionales económicos que se fueron sumando, debido a la situación del país. Recién hoy, la gente se da cuenta de lo que tiene y del nivel que representan nuestros pórticos”, comenta Alfredo.
–¿Existen pórticos como los de Bahía en otras partes del mundo? ¿Se inspiraron en otro lugar?
No, o por lo menos yo nunca los vi. Te puedo hablar de los pórticos de Porto Cervo, Portofino, Porto Banús, Oakland o Barcelona, pero no son iguales a los nuestros. El diseño es muy innovador, y sobre todo teniendo en cuenta las condiciones de seguridad, ya que tuvimos que contemplar todo. Así que no me inspiré en un lugar en particular. Al contrario, mi inspiración estuvo en el hecho de que, en general, en los diferentes lugares que visité en el mundo, siempre vi accesos muy básicos a las marinas.
Realizados en metal y madera, con puertas de vidrio de apertura automática, control electrónico de seguridad e iluminación e internet, estos nuevos pórticos ofrecen mejores prestaciones para los amarristas de Bahía Grande, a lo largo de sus cuatro accesos: el Peine Central, la Capitanía, Miradores y Peine Sur. El diseño estuvo a cargo del estudio del reconocido diseñador industrial Juan Doberti, quien sugirió diferentes opciones de pórticos y los amarristas eligieron el modelo actual, luego de una votación.
La creatividad de Juan Doberti se desbordó en cada detalle de este proyecto. La elección de los materiales no solo garantiza la durabilidad y la seguridad, sino que también confieren a los pórticos una elegancia atemporal. Sobre su diseño, Doberti afirma que el pedido para realizar el trabajo tuvo tres ejes centrales: el agregado de valor a la Bahía Grande, que los pórticos posean valor identitario para las marinas, y que la puerta de acceso sea tecnológica. “La creatividad es mi trabajo habitual, donde integro los campos del producto industrial, el espacio, y la comunicación. En este caso me inspiré en las características de los muelles del delta (con sus tramas de tablas), como también en las formas de las embarcaciones (con sus líneas anguladas). Por otro lado, me pareció importante introducir valores del diseño contemporáneo en ese gran espacio escénico que es la Bahía Grande”, cuenta el diseñador.
–Con respecto a la seguridad, ¿qué tuvieron en cuenta?
–Tiene un sistema de backup con una batería que dura seis horas y, en caso de que se agote, las puertas se pueden abrir con llaves especiales y, a partir de ahí, se envía un personal de seguridad para que revise el lugar. Si bien el acceso a las 111 amarras de Bahía Grande sólo está permitido para los amarristas, los pórticos están ubicados en una zona donde convive lo público y lo privado. El objetivo es que también te inviten a estar y disfrutar del paisaje de la Bahía, y no que sean una obra que te expulse del lugar, porque a simple vista parecen una obra de arte.