Trendhouse redefine el concepto de Smart home integrando diseño lumínico y sistemas predictivos en el corazón del hogar.
Hubo un tiempo en que la sofisticación de una casa se medía por la cantidad de pantallas táctiles en sus paredes o la capacidad de encender una lámpara desde un teléfono móvil. Sin embargo, esa visión de control remoto quedó obsoleta frente a un paradigma mucho más ambicioso y humano. En la actualidad, la verdadera inteligencia de un hogar no reside en lo que la casa puede hacer bajo órdenes externas, sino en su capacidad de adaptarse de manera orgánica a quienes la habitan. Esta es la premisa que guía a Trendhouse, la empresa que pasó de instalar dispositivos a diseñar formas de vivir, donde la tecnología es el medio para lograr que lo técnico desaparezca y solo quede el confort.






La luz como eje de la experiencia
Todo diseño consciente comienza con el elemento más esencial: la luz. Para el equipo de Trendhouse, la iluminación no se considera un accesorio decorativo, sino una decisión estructural y el eje de la experiencia arquitectónica. Utilizando a Lutron, el estándar global en gestión de luz, los proyectos logran que la vivienda respire en sintonía con el ciclo solar a través de una sincronía natural. La gestión inteligente administra la entrada de luz natural para preservar las vistas y el confort térmico, mientras que la luz artificial emerge de forma gradual, acompañando los momentos del día. El resultado es una atmósfera dinámica, donde los espacios transforman su clima de manera casi imperceptible para el ojo humano.
La evolución definitiva llega cuando el hogar deja de esperar instrucciones y comienza a entender a sus usuarios. A través de la integración de inteligencia artificial mediante sistemas como Savant, la casa descifra el ritmo cotidiano para lograr una fluidez total. No se trata de programaciones complejas que el habitante deba gestionar, sino de una estructura que aprende qué escenas, climas y niveles de privacidad son los preferidos según la hora y el uso de cada ambiente. Esta capacidad de anticipación permite que la tecnología se amolde al estilo de vida del residente en absoluto silencio, eliminando cualquier fricción entre el hombre y el sistema.


El arte de la emoción sonora
Este enfoque de alta gama se extiende también al plano del entretenimiento, donde la firma diseña cines privados y sistemas de audio de alta fidelidad. Aquí, la arquitectura y la acústica convergen con la precisión sonora de Harman Luxury para crear experiencias donde el sonido no solo se percibe con el oído, sino que se siente físicamente. No se persigue la potencia por el simple hecho de impresionar, sino la emoción pura de una fidelidad absoluta. Detrás de esta coreografía de sensaciones, existe una columna vertebral invisible compuesta por redes de datos de alto rendimiento que garantizan estabilidad absoluta para el streaming, la seguridad y el trabajo remoto.
Con una trayectoria de diez años y más de 180 proyectos de lujo ejecutados, el diferencial de Trendhouse radica en su presencia técnica desde el plano original. La integración temprana permite que la tecnología no sea un agregado posterior, sino parte del ADN de la obra. El compromiso de la empresa se extiende desde la planificación rigurosa hasta un soporte continuo, incluso después de que los dueños ya se mudaron a su nuevo hogar. En definitiva, la propuesta es clara: la mejor tecnología es aquella que se adapta al ser humano y no la que obliga al habitante a adaptarse a ella.

