Recientemente quedó finalizado el proyecto Miradores de la Bahía, un complejo residencial de lujo que demandó diez años de trabajo. El proyecto, que abarca seis edificios y ocupa un lugar central en Bahía Grande, fue desarrollado íntegramente por el estudio Oppel.
“Con el sexto edificio terminado y entregado, llamado Costero y ubicado íntegramente en primera línea de agua, queda cerrado el proyecto Miradores de la Bahía”, afirma orgulloso Christian Oppel, titular del estudio que lleva su nombre y llevó adelante durante una década entera el desarrollo de este complejo residencial de gran categoría, ícono de la Bahía Grande nordelteña.
“El proyecto se inició en el año 2007 con la compra del terreno. Se eligió por orientación, ubicación y especialmente tamaño del frente sobre el agua, ya que en aquel momento estaba casi toda la bahía vacía, salvo el faro (que originalmente era un restaurante y luego fue convertido en Capitanía, para dar servicio a las amarras) y un par de edificios a continuación”, recuerda Oppel.
El lote abarca dos hectáreas sobre la vistosa bahía, de la que nace el canal mayor que, luego de dos kilómetros de navegación, llega hasta el río Luján. En esas dos hectáreas se ubican los seis edificios y las áreas comunes, que incluyen amenities de primer nivel (ver recuadro).
Equilibrio para Bahía Grande
Las unidades residenciales abarcan departamentos de entre uno y cuatro dormitorios, con superficies que van desde 80 hasta 200 metros cuadrados, la mayoría con balcón terraza, otros con terraza propia y algunos pocos con su propio jardín, con vistas al parque central o a la misma Bahía.
Los seis edificios incluyen uno de cuatro pisos, cuatro de dos cuerpos de seis pisos y uno de tres cuerpos de tres pisos. Una calle lateral permite dar la vuelta completa al complejo sin salir de él, y un gigantesco jardín central (parquizado por una firma de gran jerarquía) es su marca distintiva.
“Miradores es un complejo residencial de lujo por calidad, vista y ubicación, que le dio a Bahía Grande un equilibrio entre las oficinas que había, el polo gastronómico que se fue desarrollando, las amarras que fueron mejorando sus servicios y la imponente estructura del hotel. Los desarrollos residenciales iniciados mucho después no están apostados sobre la bahía principal, sino en apéndices del canal desarrollados con posterioridad”, explica el titular del estudio Oppel.
Cada detalle de construcción y diseño de Miradores subraya su nivel, que marca la calidad de vida de sus habitantes, con el agua como protagonista, tanto que “hasta se pensó en un club náutico, incluso para quien simplemente quiera disfrutar observando el hermoso y placentero paisaje que ofrece la náutica, sin la necesidad de tener una embarcación”, concluye Oppel.
Los servicios de Miradores
– Un notable club house de mil metros cuadrados.
– Bar y restaurante en funcionamiento permanente de alto nivel gastronómico, exclusivo para el complejo.
– Gimnasio con máquinas de última tecnología.
– Sauna y sala de relax.
– Laundry.
– Bicicleteros.
– Cocheras de cortesía.
– Playroom para niños y adolescentes, con mesa de pool, ping-pong, etc.
– Parque con hamacas y tobogán para niños.
– Pileta cubierta climatizada con nado contracorriente, jacuzzi y vestuarios.
– Dos piscinas externas de grandes dimensiones.
– Salón de usos múltiples con un amplio deck.
– Servicio de amarras para embarcaciones de pequeño y gran tamaño.
– Seguridad las 24 horas en accesos y cámaras de seguridad internas y en todo el perímetro.
– Jardín central con diseño de Thays Paisajismo.