Acaba de inaugurar en Nordelta el tercer local de Editor Market, una tienda de diseño desarrollada por Gabriel Brener, diseñador de indumentaria y creador de marcas como Ay Not Dead y María Cher. Una tienda distinta, en la que se puede encontrar ropa, muebles y objetos de diseño conceptual.
De chico solía ir de compras con su papá a la galería Churba, en Cabildo y Juramento, en Belgrano. Tenía unos 15 años y ya le encantaba la ropa. Fanático de U2, se compraba todos los buzos estampados con los álbumes que iba sacando la banda. Su papá ya hacía ropa, gorros y sweaters, y en la recorrida por las vidrieras él le iba marcando: “Esto está bueno…, esto no…; este puede ser un buen cliente, este no…”. “Mi viejo no entendía las diferencias, pero yo de chico ya empezaba a decodificar esos detalles”, cuenta Gabriel Brener, que hoy con 46 años es Ceo y creador de Editor Market, una firma que acaba de inaugurar una sucursal en Nordelta Centro Comercial. Carismático y sencillo, no parece ser un tipo estresado, a pesar de ser Ceo de su propio emprendimiento y de Ay Not Dead y María Cher (su mujer es María Cherñajovsky). Nació en Israel, que es el país que más proporción de emprendedores tiene en el mundo. “Hay algo que está en la génesis del ser emprendedor: estar todo el tiempo reinventándote, que claramente el pueblo judío lo lleva en su gen”, describe este Diseñador de Indumentaria y Licenciado en Administración, recibido en la UBA. Para él, ser un emprendedor no es algo novedoso. “Es el busca de otras épocas”, aclara con convicción quien en 2004 creó la Agencia de Comunicación Remolino.
— ¿Siempre te consideraste un emprendedor?
— Creo que siempre tuve esa mirada, aunque hubo una pequeña etapa de mi vida en la que lo único que deseaba era tener un trabajo estable, porque quería desarrollarme, pero asociaba la estabilidad laboral a una cierta monotonía. Entonces, mientras laburaba en relación de dependencia me identificaba con el concepto de intrapreneur, que es el tipo que dentro de las compañías desarrolla negocios.
Esa visión original de Brener explica su experiencia como Director de Cuentas y Marketing en el Hotel Faena, donde trabajó unos años: “No querían hoteleros de carrera, sino gente de otros palos, con otra mirada. Fue tentador, un proyecto ambicioso con una mirada muy creativa, donde aprendí lecciones muy básicas y muy geniales”.
— ¿Trabajar ahí sirvió para espiar diseños y producirlos en este nuevo emprendimiento, por ejemplo?
— Para Editor no adquirí cosas de ahí, pero lo más interesante fue ver a un tipo como Alan (Faena), con una visión y una determinación de ir siempre para adelante. Su capacidad de ir adaptando su sueño, de acuerdo al contexto y la circunstancia, le permitió, por ejemplo, atravesar la crisis de 2001. Otro mensaje muy grande que me llevé es que cuando entré éramos unos veintipico de tipos trabajando y cuando me fui había alrededor de 150. Alan tiene una construcción y dinámica de equipo destacable, con una manera de selección, enfoque, inducción y energía buenísimas.
— ¿Qué tan importante es el capital humano de una empresa?
— Creo mucho en los recursos humanos como capital fundamental de las empresas. Para mí, armar un equipo y coordinarlo y llevarlo adelante es una tarea muy compleja. Vos podés ser excelente en mil tareas, pero si después como jefe no funcionás, no podés crecer, porque sin equipo no hay manera de evolucionar.
— ¿Cómo surgió Editor?
— Lo venía arrastrando desde la época de la agencia. En su momento me contrató un cliente y había detectado que había una oportunidad grande en construir esto, una propuesta de valor de diseño y de marcas que esté atravesado conceptualmente y que no tenga esa mirada o de propuesta monomarca o multimarca, siempre en una categoría con propuestas de valor. Cuando era más chico no me animaba a hacerlo, me quedó siempre picando y hace un par de años sentí que Cher y Ay Not ya estaban más encaminadas, más maduras, así que me tiré a hacer esto. Editor es un poco mi delirio, mi sueño
un lugar que me da placer.
— ¿Acá encontraste tu lugar definitivo o hay más?
— Me siento como un productor de un festival de música, donde tenés distintas bandas, acciones, actividades y mezclas culturales, con toda la complejidad que tiene manejar rockstars y bandas… Esto todavía lo siento muy incipiente, en una instancia muy muy iniciática, pero definitivamente este es un lugar en el que yo me siento cómodo. Un poco porque tiene como una forma muy permeable a enriquecerte de las distintas propuestas, tendencias, miradas e inquietudes de muchos otros creativos, y eso me parece espectacular, sino te quedás muy encerrado en tu propia mirada. Acá no hay una mirada, sino una multiplicidad de miradas desde las distintas categorías, que está buenísimo. Me parece que me refleja bien, hay como un collage que me hace sentir a gusto.
— Sos como el DT de una selección, ¿cómo es la convocatoria?
— Más que el director técnico, soy como el corazón bombeando detrás de eso, pero sí, soy ese, de una u otra manera. También me siento el padre de algo que está creciendo, de un equipo en el que hay rebeldes…
— ¿Editor es un reflejo de lo que es la creatividad?
— Es algo que no baja sólo en el diseño, sino en el día a día. La creatividad es algo que funciona en actividades duras o blandas, no es exclusiva de las actividades blandas. Y lo que tiene para mí de fuerte e interesante Editor es que es muy permeable a la creatividad, y desde ese lado voy tratando de llevar al equipo y ver que no nos sofoquemos.
— ¿Cómo podes definir lo que es Editor?
— Como alguna me lo definió una amiga: un colectivo de ideas y creaciones en una especie de caos coordinado, que busca ser una plataforma de exposición de lo que está pasando en distintos rubros, atravesados por el diseño y por la creatividad, para que se pueda exponer seteada a cada uno de sus universos: Nordelta, Palermo y Microcentro, que tienen distintos paladares, consumidores y gustos. No es igual la frescura de una persona que está consumiendo un día de semana en Nordelta que la velocidad de uno que está consumiendo en el Centro o la de un turista que está en Palermo.
— ¿Qué cambios hubo en este local de Nordelta con respecto a los otros dos?
— Este es un local que tiene más conexión con una mirada más completa de la casa y después para más artículos de decoración, muebles de exterior. En Nordelta viven muchas familias entonces, el sector dedicado a los niños también ganó protagonismo.