“Busco el equilibro entre funcionalidad y estética”

La diseñadora de interiores Silvina Guyot explica los orígenes de su trabajo, cuenta que piensa cada mueble para el espacio que ocupará y asegura que con cada cliente procura empatizar para conocer a fondo sus gustos sin dejar de ser fiel a su propia identidad creativa.

Desde muy chica, Silvina Guyot tuvo una gran curiosidad por el arte y el diseño. “Creo que lo heredé de mi padre, que era escribano pero siempre fue una persona con un profundo sentido estético, apasionado del diseño”, relata. Todo lo que estudió lo fue relacionando con el interiorismo, que en un comienzo fue algo vocacional y, tras el nacimiento de su segundo hijo, se fue convirtiendo en una pasión y una forma de vida.

¿Cuántos años llevás en el rubro, qué etapas podés identificar en este tiempo?

Llevo casi 20 años como diseñadora de interiores, y como muchos comencé trabajando para mis amigos y familia. Luego a partir del diseño y producción de blanquería que vendía en Buenos Aires y el interior del país, se fue generando un grupo de clientes que me solicitaron que los aconsejara y asesora en materia de decoración. En ese proceso y gracias a su confianza, poco a poco fui adentrándome en sus casas, diseñando diferentes espacios. De eso se trata nuestra profesión: armonizar la arquitectura, la estética y la funcionalidad del diseño para mejorar la calidad de vida de las personas.

¿Qué caracteriza a tus creaciones?

Pienso detalladamente cada uno de los espacios y busco en cada diseño un equilibrio entre funcionalidad y creatividad, que tenga como resultado un espacio único, que apele a generar emociones.

En este contexto, la madera suele ser una pieza fundamental a la hora de diseñar, no sólo por la calidez que aporta, sino porque hace que los ambientes sean más naturales y agradables. La correcta elección de las telas, objetos que cuenten una historia y la iluminación, ayudan a terminarlo y crear el clima que estoy buscando.

¿Te identificás con algún o algunos estilos en particular?

Creo que soy un mix de distintos estilos. Rescato elementos valiosos de cada uno de ellos y me gusta jugar con ellos y combinarlos. Cada diseño es particular y tiene como punto de partida el estilo arquitectónico, las costumbres y hábitos de las personas que viven en él.

¿Cuándo comenzaste a diseñar tus propios muebles? ¿Cómo los definís?

No podría definir un momento preciso, fue parte del proceso de aprendizaje. Se dio naturalmente a medida que empecé a detectar las necesidades de mis clientes y había ganado su confianza. Es un proceso que me encanta, que empieza con una serie de dibujos desordenados y sin sentido y termina, casi sin darme cuenta, con el diseño de un mueble pensado para ese espacio.

¿Cómo seleccionás a tus proveedores?

Siempre tuve muy claro que los proveedores son uno de los factores clave de mi trabajo. Elegir los adecuados y mantenerlos en el tiempo es indispensable para satisfacer al cliente y garantizar el éxito en cada uno de mis proyectos. Somos parte de un equipo, donde ellos aportan confiabilidad y calidad a mis diseños. Los considero mis partners y muchos de ellos, después de muchos años de trabajar juntos, son amigos.

¿Cómo interactúan el gusto del cliente y tus preferencias personales a la hora de ambientar una casa?

Me tomo el tiempo necesario para conocer al cliente, sus hábitos, costumbres y los movimientos de quienes viven en ese espacio. Es fundamental identificar qué expectativas tienen frente a un nuevo proyecto, qué quieren sentir y qué quieren transmitir. La empatía con el cliente es indispensable para cumplir con sus objetivos, sin dejar de ser fiel a mi identidad como diseñadora, que se caracteriza por lograr diseños simples, cálidos y elegantes. Es un camino que recorremos juntos y que me permite en cada proyecto que encaro dejar plasmada mi impronta.

Contacto

Silvina Guyot, tel: 11-6500-7397.

E-mail: guyotsilvina@gmail.com

Redes sociales: @silvinaguyot_id

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El hall de entrada cuenta con una gran puerta de madera de incienso y paños fijos de vidrio a los costados que invitan a entrar a un espacio encabezado por un inmenso cuadro pintado por la dueña de casa. Abajo, una consola en madera de peteribí y tapa gris que siempre cuenta con un florero de hojas verdes. En el piso, una alfombra Ait Ouzguitte aporta color, vida y emoción.

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En un amplio y luminoso living se enfrentan dos sillones de tres cuerpos con fundas en tussor gris y almohadones de terciopelo, acompañados por dos mesas ratonas rectangulares de madera y cuero y dos silloncitos de petiribí tapizados en lienzo rayado. La alfombra es una Beni Ouarein de color natural. Sobre la chimenea y para cortar con las líneas rectas se instaló un enorme espejo circular. La iluminación combina dicroicas en el techo con una lámpara de piso, tipo arco platil, para darle mayor calidez al ambiente.

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Mueble especialmente diseñado para dar protagonismo en el comedor a un cuadro pintado por la dueña de casa y otros elementos que cuentan una historia personal. El mueble fue pensado como un vajillero laqueado en color gris y lo acompaña una gran alfombra Azizal.

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El dormitorio principal cuenta con una amplia cama con un respaldo oriental. En los laterales hay dos mesas de luz de madera, lámparas de pared y dos cálidas alfombras. En el frente de la cama, un baúl de compañía de Oriente aporta un toque de color. Las cortinas son en lienzo off white.

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Las cortinas de lienzo off white y el barral en un color similar a la alfombra fueron pensados para integrar el living a una amplia galería, que se proyecta sobre el jardín. El objetivo, aprovechando el gran ventanal, es expandir el living, sin que pierda su autonomía y manteniendo su calidez y la frescura. Dos amplios sillones están dispuestos hacia el jardín, acompañados por una mesa ratona de petiribí y dos silloncitos individuales, todos en gamas de beige y blanco, que completan el living.

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Este comedor se caracteriza por sus enormes ventanales y la luz natural que entra e invade el espacio. Lo primero fue poner un roller sunscreen, que permite que entre luz pero que al mismo tiempo se pueda mirar al jardín de adelante manteniendo la privacidad de la casa. Se le suma una cortina de gasa blanca y una mesa rectangular con sillas cuadradas y dos sillas dobles en las cabeceras, con funda en color cemento. El diseño de las lámparas colgantes da un quiebre a las líneas rectas y calidez al espacio.

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Las opciones a la hora de elegir un sillón son muy amplias. Lo principal es adecuar su tamaño al espacio y nunca perder de vista la funcionalidad. Este es un sillón hecho a medida, muy cómodo y con una funda de lino lavable en color gris, rústico y resistente, que se incorpora a un playroom utilizado por sus dueños como centro de la vida familiar.

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Un rincón muchas veces no aprovechado adquiere relevancia y protagonismo gracias a un antiguo silloncito heredado y una lámpara de pie, y el marco y ambientación que le dan unas cortinas de lino color natural.

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