Un principito sobre la tabla

El equipo de la Asociación de Skaters de Zona Norte.

Hace apenas un año, Alejo Hillar no se había subido nunca a un skate. Sin embargo, un par de meses atrás ganó la etapa regional de los Juegos Bonaerenses, y viajó a Mar del Plata para las finales, donde al cierre de esta edición terminó en un increíble cuarto puesto. Una historia que reúne talento y pasión.

Alejo Hillar habla con la misma soltura con la que maneja su skate. Explica, relata, aclara, recuerda. Apenas tiene 12 años, pero no se escuda en su padre en sus primeras entrevistas periodísticas. Es más: cuando Andrés contesta alguna pregunta de este cronista, enseguida Alejo agrega algún dato al respecto. Parece tener con la palabra una naturalidad similar a la que muestra cada vez que se lanza a hacer trucos y saltos en el skatepark de Nordelta, en el que debutó con una tabla menos de un año atrás.

“Con un amigo andaba en BMX (una bici que se usa para hacer saltos), los fines de semana nos íbamos a una placita, también a skateparks en Palermo, en la Costanera, nos llevaban nuestros papás”, dice el chico, que vive con su familia en el barrio Islas del Canal. Todo cambió hacia mediados del año pasado, cuando se enteró que estaban construyendo un skatepark en Nordelta: “Vi la noticia i en internet, y me puse a buscarlo, pero no sabía dónde estaba. Hasta que mi papá lo encontró, muy cerca de mi casa. Faltaba un poco todavía para la apertura, y cuando finalmente abrió, fuimos con las BMX y nos dijeron: ‘Chicos, no se puede andar en bici, es solo para skates’. Me quise pegar un tiro”, afirma con espontaneidad.

Pero Alejo no es de esos que se echan atrás ante un obstáculo, y así lo demostró: “Yo tenía un skate que me habían regalado varios años antes, pero no lo había usado casi nunca. Decidí llevarlo, y me empezó a gustar. Veía las cosas que hacían algunos chicos y decía: ‘Si ellos pueden, ¿por qué yo no? Yo quiero aprender’”.

Así tomó su primera clase, se empezó a tirar por las rampas grandes, aprendió a saltar… “Me caía todos los días, y hoy me sigo cayendo cuando intento algo nuevo, es parte del aprendizaje. Pero con el skate nunca me golpeé fuerte. Con la bici sí: un día me partí cuatro dientes y me pusieron doce puntos en la boca”.

Entonces interviene papá Andrés: “Eso fue hace unos años, en la calle, se dio la cara con el manubrio de la bici”. Y su hijo agrega: “Me salió un montón de sangre, de la boca y de la nariz, había pedazos de dientes por todos lados…”. Lo paradójico es que semejante golpe no fue por una caída en medio de un salto acrobático, sino subiendo un cordón de vereda. Lejos estuvo Alejo de tener miedo de volver a subirse a una bici.

Alejo en pleno entrenamiento con un profesional del skate, Ignacio Cattaneo.

 

¿Con el skate te enganchaste enseguida?

¡Sí! Arranqué en noviembre del año pasado, y empecé a andar muchísimo, todos los días iba al skatepark, más cuando terminaron las clases.

 

¿Cuánto tardaste en dominarlo bien?

Más o menos un mes. En el verano le metí sin parar, mañana y tarde. En las vacaciones fui primero a lo de mis abuelos, en Santa Fe, y me llevé el skate; después fui con mi papá a Europa y busqué skateparks en cada lugar que recorrimos, pude andar en España y en Italia, estuvo bueno.

 

¿Y cuándo surgió la Idea de competir?

En los últimos meses empecé a andar muy bien. Gonzalo Lantaron, que es el presidente de la Asociación de Skaters de Zona Norte, nos dijo que iba a haber una competencia clasificatoria para los Juegos Bonaerenses de Skate… Y nos anotamos, fuimos a San Nicolás, para visitar el skatepark donde se iba a hacer, que es gigante. Dos semanas después, cuando fue la competencia, nosotros conocíamos ya el skatepark… ¡y ahí gané!

En menos de un año Alejo alcanzó un dominio impresionante de la tabla.

Ocho meses después de iniciarse en el deporte, Alejo ganó una competencia regional, todo un indicio del talento que tiene para esto: “Para nosotros fue una sorpresa que empezara a competir, pero nos dimos cuenta de que anda bien, y le encanta, encontró su pasión. Hizo muchos deportes, pero ninguno lo había apasionado como esto. ¡A veces hasta almuerza en el skatepark!”, asegura Andrés.

El apoyo y el acompañamiento de sus padres fueron obviamente fundamentales para que Alejo llegara a este presente: “Algunos fines de semana lo llevo a otros skateparks, para cambiar un poco. Creo que él tiene una combinación muy buena de prudencia y atrevimiento. Con el skate nunca tuvo un golpe fuerte. Pero por supuesto pusimos como regla que siempre usara casco, y durante los primeros meses usó también rodilleras y coderas”. Para este apoyo, mucho tuvo que ver el espíritu que la familia Hillar vio en el ambiente del skate nordelteño: “El ambiente es colaborativo, los chicos se ayudan mucho entre ellos. El grupo que se armó es muy lindo, el parque es abierto, y por eso los fines de semana se junta mucha gente”. Y Alejo agrega: “Es así, completamente, hay muy buena onda. Hay instructores, y desde hace poco yo también estoy ayudando con las clases”. Al skatepark van chicos de Nordelta, los barrios aledaños e inclusive de Tigre, de entre 12 y 20 años. Alrededor de diez son los que están compitiendo.

El festejo luego de la clasificación de Alejo para las finales de los Juegos Bonaerense.

Ganar el torneo en San Nicolás clasificó a Alejo para las finales de los Bonaerenses, que se realizaron en Mar del Plata al cierre de esta edición (ver recuadro en esta misma nota). Con su entrenador, Lucas Lagos, el chico le mete al skate todos los días: “¡Y no me canso! Hace poco estuve enfermo, tenía broncoespasmo, fueron seis días, pero iba al skatepark igual. Porque ahí la paso bien”.

Cuarto en los Bonaerenses

Al cierre de esta edición, Alejo disputó las finales de los Juegos Bonaerenses en Mar del Plata, para las que clasificó luego de ganar la etapa regional en San Nicolás. Entre los mejores exponentes de la provincia, el chico nordelteño terminó en el cuarto lugar en la categoría sub-14, algo sin dudas muy meritorio.

Quienes quieran ver su habilidad sobre la tabla, pueden mirar su perfil de Instagram: alejo.skate, donde hay fotos y videos.

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