Los jardines naturalistas llegaron para quedarse con el fin de colaborar con la biodiversidad. La experta Valeria Hermida, creadora del diseño paisajístico de la nueva Área Beta de Nordelta, revela los conceptos de este estilo.
La diseñadora y paisajista Valeria Hermida crea jardines desde cero pero con la idea de que parezcan naturales, como si la nueva vegetación siempre hubiera estado allí. Su mirada se enfoca en quienes disfrutarán del jardín, en la arquitectura y en el lugar. “Intento que mis diseños asombren y sean interesantes a lo largo de todo el año, siempre buscando la belleza”, comenta. Gracias a esta búsqueda, Hermida fue la creadora del paisajismo de la nueva Área Beta de Nordelta, donde eligió un diseño naturalista con árboles, arbustos, herbáceas, gramíneas, nativas y algunas exóticas. “Lo que empezó como una necesidad estética se alineó a los tiempos actuales de realizar acciones que intenten aminorar el calentamiento global”, afirma.
–¿En qué consiste el concepto de jardines naturalistas, también llamado “rewilding”?
–Los jardines naturalistas se inspiran en la naturaleza silvestre, sumando algunos conceptos de la ecología. Las especies que se utilizan son plantas nativas y exóticas (no invasoras), teniendo en cuenta el concepto de sus ciclos, asociaciones y comportamientos, provenientes de las ciencias de la agricultura, que hoy son aplicados al diseño de plantaciones. Como resultado, estos jardines brindan enormes servicios ecosistémicos, tanto para los humanos como para el medio ambiente, atrayendo fauna, gracias a la diversidad y elección de las especies plantadas.
–¿Por qué elegiste este tipo de diseño para la nueva Área Beta de Nordelta?
–Lo elegí para recomponer un poco el paisaje de la zona, buscando equilibrar y restaurar el sitio, para brindar —junto a los servicios que estos edificios y sectores darán al usuario— una belleza natural, sombra, sonidos, movimiento, captación de la luz y conexión con la vida silvestre, tanto para los usuarios de Área Beta como a toda la vida asociada a estas plantaciones y manejo. Estos jardines naturalistas aportan refugio y soporte para que la vida silvestre suceda, transformando al jardín en un organismo diverso, sano y vivo, opuesto al jardín ornamental.
–¿Cuál es el beneficio de plantar nativas?
–Trae muchísimos beneficios. Son bellas, raras y nos sorprenden con sus formas, floraciones y fragancias. No requieren manejo con químicos ni precisan fertilizantes o enmiendas de suelo, ni tampoco riego intensivo, ya que son naturalmente del lugar. Atraen especies de aves, insectos, fauna pequeña, invertebrados, especies que antes no tenían dónde reproducirse, alimentarse ni refugiarse. Por eso ayudan a que haya un ecosistema equilibrado. Y nosotros somos uno más en ese ecosistema.
–¿Se puede tener un jardín naturalista cuidando el diseño y la belleza paisajística?
–Sí, claro, el jardín naturalista es diseñado para ser bello y funcional, pero también se considera cómo será su manejo y mantenimiento. Para ello se deben formar jardineros que sepan del comportamiento de los ciclos y la sucesión de las plantas propuestas, así como el modo de plantarlas y de dejarlas ser. Con ese conocimiento previo, el jardín naturalista puede ser bello y disfrutable.
–¿Todos podemos adoptar un diseño naturalista en nuestros jardines?
–Sí, porque es un concepto muy referido a una manera de plantar y se puede implementar en un jardín urbano o también en el balcón. Cuanto más artificial sea la vida, más jardines naturalistas vamos a necesitar.