Hace un par de meses se realizó la 56ª edición del Salón Internacional del Mueble de Milán, con la elegancia contemporánea como consigna. Aquí, una selección de casas y productos destacados.
El Salone Internazionale del Mobile de Milán esencialmente quiere decir producto. Las piezas que se exhiben tienen en común la innovación, la investigación y una calidad de primer nivel: garantía misma del certamen. Aquí debuta lo que será tendencia mundial, triunfan los nuevos talentos. Y, paralelamente, se consolidan las posiciones y estrategias.
En abril pasado se realizó la edición número 56, y allí la novedad no fue ni un color ni un diseñador (al parecer, se acabó la era del color de temporada o del personaje famoso), sino un producto más y más flexible, exigente, hecho a medida para satisfacer las necesidades de cada cliente. De hecho, los criterios de la personalización orientan cada vez más las decisiones del consumidor.
La consigna de este año fue la “elegancia contemporánea”, que oscila entre el minimalismo y lo funcional, y entre las técnicas artesanales, el know-how digital y la innovación tecnológica. Es una elegancia que, esencialmente, se propone suscitar emociones estéticas, superando las subdivisiones estilísticas. Se trata de una nueva interpretación, basada en la investigación y en el uso de materiales nobles. Así, la palabra lujo se transforma en sinónimo de exquisito, de decoración escenográfica y de una exclusividad mesurada. Es la calidad de la elegancia.