El chico que no para de crecer

Cuando Diego Schwartzman irrumpió en el circuito de tenis profesional, su estatura llamó la atención del mundo entero. A todos les caía simpático que un chico de apenas 1,70 intentara triunfar en un ambiente de gigantes. Hoy es el mejor tenista argentino y, mientras pasa la cuarentena en Nordelta, se prepara para su próximo objetivo: ser Top Ten.

Diego Schwartzman no la tenía servida para convertirse en tenista profesional. En 2005, cuando apenas tenía 13 años, en la familia la plata no alcanzaba para que viajaran todos con él a los torneos, y empezó a moverse solo para ir a certámenes juniors en Perú, Ecuador… lloraba en el avión, extrañando a su familia. Tampoco la tuvo fácil con su estatura. Con sólo un metro setenta, le decían que iba a tener un panorama muy complicado. Sin embargo, sobre la base de esfuerzo, dedicación y confianza en sí mismo, llegó. Hoy tiene 27 años y es el mejor jugador argentino, ocupa el número 13 en el ránking mundial y acumula más de ocho millones de dólares en premios. En este inédito parate del deporte en el planeta, está pasando la cuarentena en su casa de Nordelta, donde vive con su novia (la modelo Eugenia de Martino) y sus dos perros.

Hace 10 años quedaste afuera del US Open Juniors en primera ronda y creías todo perdido. Hoy sos el mejor jugador argentino y estás arañando el Top Ten. ¿Cómo saliste adelante?

Aquel momento fue duro. Creo que en toda carrera individual, hagas lo que hagas, hay altibajos, y quizás lo malo te afecta de más. Me pasó de llegar a la habitación del hotel y decir: “Quiero dejar todo, quiero volver a mi casa, estar con mi familia, con mis amigos…”. Pero mágicamente al día siguiente algo te dice que hay que buscar soluciones hasta donde no las hay. Hoy me encuentro en una situación que quizás en ese momento no veía… quizás esos momentos malos a lo largo de los años, piedras que tuve en el camino, tanto en resultados como en distintas situaciones, me hicieron un mejor jugador. Me ayudó respetar el día a día, el esfuerzo, el entrenamiento y escuchar a los que tengo al lado y saber que tenía todavía mucho para aprender.

En su casa de Nordelta junto a sus dos perros.

Siempre te preguntaban (y algunos lo siguen haciendo) cómo ibas a salir adelante en el tenis midiendo 1,70…

Mucha gente me dijo que iba a ser difícil, ¡y no me mintieron! Hoy los tenistas miden un promedio de 1,90, son físicamente muy muy grandes. Al principio fue muy dificil para mí, tuve que aprender un montón de cosas, otras virtudes que por suerte pude asimilar, mejorar y me hicieron estar hoy en la posición del ranking que ocupo.

Un saludo con Rafa Nadal

¿Te perjudica este parate?

Venía muy bien, había arrancado muy bien el año, pero a la vez me había lesionado en Buenos Aires y tuve que parar unas semanas por lesión. Creo que a todos nos perjudica, pero los que hayan entrenado y se hayan cuidado bien seguro les irá mejor. Yo tengo muchas ganas de volver a la competencia.

¿Qué podés destacar de bueno de la cuarentena?

Es difícil encontrar algo bueno, sobre todo en un país que tiene tantas dificultades económicas, y el encierro es muy duro. Ojalá que en el futuro aprendamos a ser más solidarios o respetarnos un poco más y cuidarnos entre todos, eso sería algo positivo.

¿Cómo estás aprovechando este tiempo ?

La cuarentena me hizo leer, aprender sobre cosas que me gustan, cocino mucho, aprovecho mi casa, mis perros (a los que no tenía pensado ver tantos meses seguidos). Así que disfruto de estar del aire libre, de estar en casa una época del años que no suelo estar en Buenos Aires por las giras. Estoy aprovehando eso. Tengo la costumbre de tomarme los mates a la tarde, desayunar, estar tranquilo, relajarme acá en mi casa, jugar a la play… Y ahora que a los atletas clasificados a Tokio nos permiten entrenar, estoy haciendo mucho físico.

El Peque se viene abriendo camino en el tour mundial y, tras el parate por la pandemia, aspira a llegar al Top Ten.

Contame de Maradona, ¿tenes buena relación con él?

Con Diego se armó una relación medio de la nada. Yo lo conocía de cuando era sparring de Copa Davis hace muchos años, él venía a ver los partidos y yo le pedía fotos. Después, cuando le gané a Cilic en el US Open, me había hecho llegar un audio de un minuto y pico en el que me decía que ya no era más Dieguito, que me había convertido en Diego después de esa gran victoria en la que pasé a jugar la segunda semana de un Grand Slam. A partir de ahí cruzamos mucho diálogo por WhatsApp. Siempre tuvo palabras muy buenas para mí, tanto en privado como públicamente, es muy lindo tener un referente deportivo así que pueda hablar bien de uno.

Cuando vuelva el tenis, ¿cuál es tu objetivo: entrar al top ten , ser número 1? ¿O sentís que tenés un techo ?

Ojalá que todavía no haya encontrado el techo, uno nunca sabe cuál es… Eso lo analizas después de que termina tu carrera. Ojalá pueda entrar al top ten, ese es mi próximo objetivo.

En el banco de la Copa Davis, con el capitán argentino, Gastón Gaudio.

Una iniciativa solidaria

“Seamos Uno es un iniciativa que surgió hace mucho tiempo con un grupo de personas que se plantearon un objetivo que parecía imposible, que era llegar al millón de cajas de productos alimenticios y de higiene. Llegaron a 600 mil y para darle envión a lo que faltaba, se fue sumando más gente, artistas empresas, sponsors, deportistas… hasta que se contactaron con Manu Ginóbili, que juntó un grupo de gente, a mí me comunicó lo que era el proyecto y sin pedir ayuda públicamente me sumé. Hoy estamos en eso, tratando de llegar al millón de cajas. Los que lean esta nota y quieran ayudar en este momento tan complicado pueden contactarse con www.seamosuno.com.ar o con el perfil de Instagram @seamosuno2020

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