Gracias a su rica tradición, la República Checa alberga muchísimos sitios relacionados con la fe y la religión. Aquí una descripción de algunos de ellos, para planificar un primer viaje soñado post pandemia.
El monasterio de Velehrad y sobre todo su basílica representan el centro espiritual de la República Checa. Aquí empezó a escribirse la historia milenaria del cristianismo de esta parte de Europa. Es el lugar donde se celebran anualmente romerías nacionales en las que participan decenas de miles de personas.
El monasterio de Velehrad fue fundado en el siglo XIII, al pie de las montañas Chřibské Hory. Adquirió su aspecto barroco actual durante una reconstrucción tras el incendio en 1681. La parte más importante del monasterio es la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción y de San Cirilo y Metodio, la iglesia de peregrinación más importante de este país. En 1990, la basílica de Velehrad fue visitada por el Papa Juan Pablo II. Es uno de los puntos de peregrinaje más concurridos de esta región europea, sobre todo en el mes de julio, cuando se celebra la fiesta de los santos patronos, quienes llevaron la fe cristiana a la zona hacia mediados del siglo IX.
Veselý Kopec
En el museo etnográfico al aire libre en el monte llamado Veselý Kopec, cerca de Hlinsko en Bohemia del Este, verás cómo se vivía cuando aún no existía la electricidad ni las máquinas.
El conjunto de casas populares del siglo XIX se conservó gracias al trabajo de unos aficionados y hoy en día cuenta con decenas de edificios. En el poético paisaje de la sierra de Vysočina existen no sólo las casas de campo de diversos tamaños, sino también monumentos técnicos, como una fábrica de aceite artesanal y una máquina para triturar la corteza del abeto para curtirla.
La diversión está garantizada en la procesión de carnaval con el “limpiachimeneas”, el “hombre de paja” (vestido con ropas de paja, trae buena salud y fertilidad a las mujeres que se quedan con una pajita), el “pastor de osos” (quien va con un oso) y “los turcos”. Esta procesión, que se celebra antes de Semana Santa, está inscripta en la lista de la UNESCO desde el año 2010.
Rožnov pod Radhoštěm
La ciudad que se extiende en el valle del río Rožnovská Bečva, al pie de la mítica montaña Radhošť, destaca por su aire puro y aroma a madera. El corazón de Rožnov es un museo al aire libre donde se retrocede en el tiempo. Se puede ver cómo vivía, comía, bebía y trabajaba la gente en el siglo XIX, además de subir al mirador, que parece una casita de pan de especias. Visitar Radhošť, donde se entrelaza la cultura pagana con la cristiana, es imprescindible.
El museo al aire libre más grande y más antiguo de Europa Central es un monumento cultural nacional con más de 100 objetos originales. Se compone de varias partes. La ciudad de madera representa una pequeña aldea campestre del siglo XIX y principios del XX. Esto permite tener una idea sobre la vida de la época, las artesanías, las autoridades, la iglesia, el balneario. La Aldea Valaca reproduce una aldea real con sus fincas, molino de viento, taller de herrero, pozos y jardines.