La renovación del modernismo

El premio Pritzker 2021 fue para Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal, quienes estudiaron juntos en Burdeos y son socios desde 1987. Se han destacado por sus viviendas sociales, instituciones culturales y espacios públicos, con una preocupación paralela por la ética y la estética.

Los franceses Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal fueron recientemente distinguidos con el premio Pritzker de Arquitectura 2021, el mayor honor de la arquitectura mundial. “No sólo han definido un enfoque arquitectónico que renueva el legado del modernismo, sino que también han propuesto una definición ajustada de la propia profesión de la arquitectura. Las esperanzas y sueños modernistas de mejorar la vida de muchos se revitalizan a través de su trabajo, que responde a las emergencias climáticas y ecológicas de nuestro tiempo, así como a las urgencias sociales, particularmente en el ámbito de la vivienda urbana. Lo logran a través de un poderoso sentido del espacio y los materiales, que crea una arquitectura tan fuerte en sus formas como en sus convicciones, tan transparente en su estética como en su ética”, afirma el jurado en los fundamentos del premio.
Como definición de su ejercicio profesional, Anne Lacaton dijo: “La buena arquitectura es abierta, abierta a la vida, abierta para mejorar la libertad de cualquiera, donde cualquiera puede hacer lo que tenga que hacer. No debe ser demostrativa o imponente, sino familiar, útil y hermosa, con la capacidad de sostener silenciosamente la vida que tendrá lugar dentro de ella”.


Urbanismo y calidad de vida
“Este año, más que nunca, nos hemos sentido parte de la humanidad. Ya sea por motivos sanitarios, políticos o sociales, es necesario crear un sentido de colectividad. Como en cualquier sistema interconectado, ser justo con el medio ambiente, ser justo con la humanidad, es ser justo con la próxima generación -comenta Alejandro Aravena, presidente del jurado- Lacaton y Vassal son radicales en su delicadeza y audaces en su sutileza, equilibrando un enfoque respetuoso pero directo del entorno construido”.
Luego de estudiar arquitectura en Burdeos en los años ’70, ambos hicieron postgrados en urbanismo, y en 1987 instalaron su estudio conjunto, con sede en París. Desde ese momento, a través de su diseño de viviendas sociales y privadas, instituciones culturales y académicas, espacios públicos y desarrollos urbanos, reexaminan la sostenibilidad en su reverencia por las estructuras preexistentes, concibiendo proyectos que siempre parten de un inventario de lo que ya existe. “La transformación es la oportunidad de hacer más y mejor con lo que ya existe. El derribo es una decisión de facilidad y de corto plazo. Es un desperdicio de muchas cosas: un desperdicio de energía, un desperdicio de material y un desperdicio de historia. Además, tiene un impacto social muy negativo. Para nosotros, es un acto de violencia”, explica Lacaton.


Junto a Frédéric Druot, transformaron La Tour Bois le Prêtre (París, 2011), un proyecto de vivienda urbana de 17 pisos y 96 unidades construido originalmente a principios de la década del ‘60. Los arquitectos aumentaron los metros cuadrados interiores de cada unidad mediante la eliminación de la fachada de hormigón original y ampliaron la huella del edificio para formar balcones bioclimáticos. Las salas de estar, antes limitadas, ahora se extienden a nuevas terrazas como espacio flexible, con grandes ventanales para vistas sin restricciones de la ciudad, reinventando así no solo la estética de la vivienda social, sino también la intención y las posibilidades de tales comunidades dentro de la geografía urbana. Este marco se aplicó de manera similar a la transformación de tres edificios, que constan de 530 apartamentos, en Grand Parc (Burdeos, 2017). La transformación resultó en una dramática reinvención visual del complejo de viviendas sociales y la generosa expansión de todas las unidades, sin el desplazamiento de residentes y por un tercio del costo de demolición y edificio nuevo.
“Nuestro trabajo consiste en resolver limitaciones y problemas, y encontrar espacios que puedan generar usos, emociones y sentimientos”, explica Vassal.

Anne Lacaton and Jean-Philippe Vassal


La transformación del Palais de Tokyo (París, Francia, 2012) aumentó el museo en 20.000 metros cuadrados, en parte mediante la creación de un nuevo espacio subterráneo y asegurando que todas las áreas de la construcción estén reservadas para la experiencia del usuario.
Gran parte de su trabajo abarca nuevos edificios, y la École Nationale Supérieure d’Architecture de Nantes (Nantes, 2009) ejemplifica la importancia de la libertad de uso. Ubicado a orillas del río Loira, este edificio a gran escala, de doble altura y tres pisos, cuenta con un marco de concreto y acero revestido con paredes de policarbonato retráctiles y puertas corredizas.


“Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal siempre han entendido que la arquitectura presta su capacidad para construir una comunidad para toda la sociedad”, comentó Tom Pritzker en el anuncio del premio. “Su objetivo de servir a la vida humana a través de su trabajo, la demostración de fuerza en la modestia y el cultivo del diálogo entre lo antiguo y lo nuevo, amplía el campo de la arquitectura”.

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