Mejoras implementadas en el manejo de la vegetación transformaron los lagos de Nordelta en un santuario para la reproducción de los cisnes de cuello negro.
Una importante cantidad de crías de cisnes de cuello negro nacieron durante este invierno en los lagos de la ciudad. Esta especie autóctona encuentra condiciones muy favorables para establecerse y anidar en las costas, en parte gracias al cambio en el sistema de poda de la flora costera. Tanto es así que en el último año casi se duplicó la cantidad de ejemplares en Nordelta.
Esta ave tan llamativa, de plumaje negro en su cabeza y cuello, y blanco en el resto de su cuerpo, tiene la particularidad de ser el único cisne de dos colores en el mundo. Si bien no se encuentran en peligro de extinción, hasta antes de la pandemia era muy poco frecuente verlos en grupos grandes, y aún más difícil verlos con sus polluelos.
La gran calidad del agua, la clave del santuario.
La importancia de su presencia, aumento en cantidad y el nacimiento de nuevas crías, se vincula al hecho de que las aves son un gran indicador de calidad ambiental, de acuerdo con Constanza Falguera, Bióloga y responsable de Factores Ambientales y Lagos de la Asociación Vecinal Nordelta. “Cuando la vegetación acuática se desarrolla absorbe nitrógeno y fósforo que son nutrientes básicos para su crecimiento, evitando de esta forma, su disponibilidad para microorganismos, los cuales pueden provocar la pérdida de calidad de los cuerpos de agua de la ciudad. Por ello la presencia de la vegetación en el agua es fundamental, no solo para la absorción de nutrientes y contaminantes, sino también como zonas de refugio, anidación y alimentación de muchísimas especies típicas de nuestros lagos” explica Constanza.
Desde inicios de este año, la poda y mantenimiento de costas se realiza únicamente en zonas de muelles, rampas y canales, de manera de priorizar el entorno del cisne de cuello negro y de las 69 especies diferentes de aves que aportan a la calidad ambiental y ecosistema de nuestra querida ciudad.
Quienes trabajamos y vivimos en Nordelta entendemos que la naturaleza no depende de nosotros, nosotros dependemos de la naturaleza y es nuestra responsabilidad cuidarla.