La explosión de la fiesta

Tommy Muñoz cumple tres décadas como DJ, una profesión que lo llevó mucho más allá de lo que imaginó. Fiestas, River, Messi, Disney, series y el Teatro Colón son algunos de los hitos de su extensa carrera.

Dos chicos de doce años, parados frente a una vidriera, miran equipos de música sin entender demasiado cómo se usan, sin ser conscientes de que hay algo ahí que, en cuanto sean capaces de descifrarlo, pondrá en marcha un mecanismo que ya no se detendrá. “Tommy, ¿y si somos DJs?”, se animó a preguntar uno. Tommy no dudó y, desde ese momento, hace ya 30 años, abrazó una profesión que le dio incluso más de lo que se animó a soñar.

“Arranqué porque en casa nunca nos faltó nada, pero vivíamos muy con lo justo. Todos mis amigos tenían las zapatillas que estaban de moda y yo también las quería. Me las compré trabajando”, recuerda. En esos inicios, pasaba música con un amigo, en asaltos organizados por chicos de su colegio, y poco a poco fueron ampliando el espectro gracias a fiestas de amigos de sus padres. “Sigo teniendo la misma sensación de esos días. No hay nada más lindo que ver feliz a la gente en una fiesta”.

Con dos minicomponentes, armados con una pila de CDs, reproducían la música de Ace of Base, Fito Páez, Charly García, Los Pericos, Tango Feroz y Queen, entre otras cosas. Viendo a DJs de la época como Diego Roca o Gustavo Palmer, entendió el componente escénico de su oficio. Fue cultivando también un estilo, que se caracteriza por lo explosivo. Varios de sus ídolos hoy trabajan junto a él, y a otros se dio el gusto de entrevistarlos en su intimidad hace poco, como productor ejecutivo de la serie documental Beplaying, disponible en Star+.

– Fue un gusto que me pude dar como productor y también como fan. En la serie salen Hernán Cattaneo, Karl Cox, Armin Van Buren, Afrojack, Richie Hawtin y las Nervo. Si hacemos un paralelismo con el fútbol, para mí fue como estar con Messi, Neymar y Luis Suárez. Para prepararme antes de ir a pasar música en un casamiento, entre 2008 y 2011, todas las tardes me ponía un DVD de Armin Van Buuren. Ahora pude estar en su casa, con su familia, charlando y grabando en su estudio. Fue una experiencia espectacular, uno de los regalos más grandes de mi carrera.

–Además de las fiestas y eventos, tenés una serie de proyectos personales, como el armado de un álbum del que ya salieron algunos singles, ¿cómo te organizás con tus distintos objetivos?

–Cuando arranco el año me pongo cuatro o cinco focos. Lo del álbum me interesa mucho y quiero que sea uno de los pilares principales, pero a veces lo urgente tapa lo importante. La cantidad de fiestas que estamos haciendo se lleva una atención mayor. Entonces tenemos que dejarlo un poco al costado. Aun así, todas las semanas intento hacer un espacio para charlar con mis productores sobre el tema. Mi idea es sacar tres o cuatro singles este año. Ya salió uno con la Sole y otro con Mechi Lambre. Hay canciones que me gustan y siento que pueden tener ese algo más que las haga explotar en la fiesta. Entonces, trabajo para darles un extra que las haga explotar, que es lo mío.

Una parte de su éxito actual se al adjudica al salto de popularidad que le permitió su ingreso a la televisión, donde fue parte del programa Pura Química en ESPN, en NET y en Fox Sports. Allí no sólo pasó música, sino que hizo crecer otra faceta suya, como productor de secciones y entrevistador ocasional. El entretenedor que siempre fue se expandió todavía más.

Aquello le permitió, además, conectarse con personas e instituciones que lo llevaron donde no imaginó jamás: forjó un vínculo profesional con River, el club del que es hincha, y musicalizó muchos de los múltiples festejos que el club vivió en el ciclo de Marcelo Gallardo; estuvo presente en la fiesta de celebración de la Selección Argentina que ganó el mundial de 2022 en Qatar y trabajó en momentos íntimos de grandes figuras. En el futuro inmediato, será el encargado de la música en el casamiento entre Paulo Dybala y Oriana Sabatini. Llegó, incluso, al Teatro Colón, donde produjo y pasó música para un show de Disney y otro de Star wars.

“Creo que la vida ya no me puede sorprender más. Yo no soy fanático de los teatros, pero cuando entré al primer ensayo en el Colón y escuché a la orquesta tocar, se me caían las lágrimas. Tenía todo el cuerpo con piel de gallina y pensé ¿Dónde estoy?” Es un momento que no me voy a olvidar nunca”, recuerda Tommy.

–Decís que la vida no te puede sorprender más, pero se las viene arreglando… 

–Es así. Yo jugué al rugby y, cuando te salen las cosas, decís “Me están picando todas bien”. Por ahora me viene pasando eso. La vida se las arregla para seguir haciéndome feliz. Ya no le pido más nada, porque fue suficientemente buena conmigo.

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