Lucas Grosman, rector de la Universidad de San Andrés, cuenta en detalle el funcionamiento de la nueva sede que abrieron este año en Nordelta. Además, explica los desafíos de la enseñanza superior en nuestros días.
Desde su prehistoria, desde antes que Nordelta se llame Nordelta, la educación estuvo en la cabeza y los planes de sus fundadores. Los primeros niveles del sistema (inicial, primario y secundario) cantaron presente desde el día uno, y ahora llegó el momento del nivel universitario. Y con mayúsculas. Porque a partir del pasado mes de marzo la Universidad de San Andrés forma parte de la vida diaria nordelteña, gracias a una nueva sede ubicada sobre la Avenida de los Fundadores, a la que está concurriendo un centenar de alumnos.
Lucas Grosman, su rector, explica que “esto es parte del proceso de expansión que estamos atravesando”. Abogado egresado de la UBA y doctorado en Yale (Estados Unidos), Grosman tiene 52 años y lleva 17 en San Andrés, primero como profesor y más tarde como decano de Derecho, cargo previo al rectorado, que asumió en 2017.
–¿Qué abarca ese proceso de expansión?
–Tres áreas: carreras, sedes y alumnos. Este mes lanzamos formalmente dos nuevas ingenierías, que son Biotecnología y Sustentabilidad. Ya tenemos una, lanzada hace tres años, que es Ingeniería en Inteligencia Artificial. Así llegamos a 16 carreras de grado, y un número aún mayor de maestrías. El año que viene pondremos en marcha dos nuevas maestrías, Ciencias del Comportamiento e Inteligencia Artificial, con las que sumaremos 26 maestrías y doctorados.
–¿Cómo es el proceso de lanzamiento de una nueva carrera, tanto de grado como de postgrado?
–Somos una usina de nuevas carreras, así que es un proceso que tenemos bastante aceitado. Nace de la interpretación de una necesidad de la sociedad. Porque, en definitiva, una carrera es un cúmulo de saberes que al ponerlos juntos y articularlos tienen la gracia de convertirse en una profesión distinta. Un caso interesante que muestra eso es Negocios Digitales, una carrera que nosotros creamos hace cinco años, y hoy la ofrecen 13 universidades, o sea que realmente había una necesidad de cubrir el cruce entre negocios y tecnología. Procuramos entender qué es lo que demanda el mercado.
–En ese sentido, es un desafío grande pensar a largo plazo en la era de la inmediatez.
–Totalmente. Yo siempre les digo a los alumnos que hoy tenemos que formarlos para profesiones que todavía no existen. Hay dinámicas sociales vinculadas a la tecnología que son impredecibles, es algo que se nos va de las manos. Con la inteligencia artificial pasó eso: nosotros lanzamos la carrera y al año siguiente con el chat GPT todo el mundo empezó a hablar del tema; nosotros veíamos venir algo muy fuerte, pero nadie se imaginó que iba a explotar de esa manera. Puede parecer paradójico, pero la clave está en no enseñar cosas demasiado específicas, especialmente en la formación de grado, que tiene que ser general, básica, con tres patas fundamentales: capacidades analíticas, un pensamiento interdisciplinario y un chip innovador que tiene que estar muy presente.
–¿Cómo llegaron a Nordelta?
–Las conversaciones arrancaron hace unos años con el proyecto Área Beta. Nordelta siempre tuvo la aspiración de crear un lugar distinto que reúna estudiantes, emprendedores e industrias, y nos convocó a nosotros, entre otras universidades e institutos, para empezar a discutir esto. Nosotros tenemos muchos alumnos de aquí, y desde el primer momento nos entusiasmó el proyecto. Así que tomamos la decisión de sumarnos a Área Beta, y transitoriamente, como puente hasta que concluya la construcción de ese nuevo sector, este año comenzamos a funcionar en otro edificio dentro de Nordelta. Ya tenemos cien chicos cursando, con un formato particular, que permite tener la experiencia de estudiar también en nuestro campus de Victoria, a 20 o 25 minutos de Nordelta. O sea, en los primeros años se puede hacer la mitad de las materias en la sede nueva y la otra mitad en el campus. En el futuro, cuando Área Beta esté en pleno funcionamiento, probablemente se pueda hacer toda la carrea allí. Y también agregaremos maestrías, educación ejecutiva, extensión universitaria… con la idea de incrementar paulatinamente nuestra presencia en Nordelta. El ritmo dependerá de la evolución de Área Beta, pero es algo a lo que no le vemos techo.
–¿Cómo es el edificio en el que están funcionando provisoriamente?
–Si bien es algo transitorio, es un edificio bárbaro, que adaptamos muy bien, está a la altura de nuestro campus. Inclusive, con la ayuda de Nordelta, mejoramos mucho la parquización y toda la zona exterior, para convertirlo en un lugar agradable y cómodo.
–¿El plantel docente es el mismo?
–Sí, tanto profesores como autoridades.
–¿La modalidad de cursada es complemente presencial?
–Sí, pero con algo interesante y novedoso, que denominamos presencialidad aumentada, porque todas las clases se transmiten y se graban a través de la plataforma Panopto, que no solamente permite ver las clases, sino verlas de manera inteligente, ya que, por ejemplo, se pueden buscar palabras clave en las grabaciones, algo muy útil a la hora de estudiar. Exigimos un 75 por ciento de presencialidad, pero si un día un chico no puede ir a clase, la puede ver en vivo y después volver a verla al momento de repasar para un examen.
–¿Qué carreras tuvieron más inscriptos en la sede de Nordelta?
–Hoy nuestra carrera más grande es Negocios Digitales, y eso también se aplicó a Nordelta. Después siguieron Administración e Ingeniería en Inteligencia Artificial.