lunes, marzo 24, 2025
spot_img
HomeEducaciónInteligencia artificial: el futuro del aula

Inteligencia artificial: el futuro del aula


Las nuevas tecnologías abren las puertas a un nuevo aprendizaje y transforma el rol del docente. Juan María Segura, especialista en Innovación Educativa, plantea los beneficios y riesgos del uso de la IA en el sistema educativo. 

La inteligencia artificial (IA) demanda una transformación profunda en la educación, exigiendo docentes alfabetizados digitalmente y espacios de aprendizaje innovadores. Sin embargo, ¿se puede garantizar que se utilice como una herramienta complementaria, de forma segura, ética y responsable en el ámbito de la educación? Quien responde es Juan María Segura, consultor y experto en innovación y gestión educativa: “Sí, se puede garantizar un aprovechamiento sano y útil de las nuevas herramientas de IA, pero es necesario que el personal directivo y docente se familiarice con las características centrales de estas herramientas y sistemas emergentes, y que habiliten sus usos dentro del proceso de aprendizaje de una manera asertiva”, afirma el especialista en innovación educativa.

–¿Cuáles serían los beneficios más relevantes que la IA puede aportar al ámbito educativo?

–En primer lugar, la IA habilita procesos creativos en múltiples ámbitos (literatura, música, pintura, diseño, codificación, etc). Los sistemas de IA generativa poseen un potencial creativo casi ilimitado, que puestos en diálogo con un usuario interesado (un aprendiz dentro de un entorno ‘curado’ y contenido como es la escuela) pueden desplegar diálogos convenientes y aprendizajes significativos. En segundo lugar, los sistemas de IA obligan a preguntar y a solicitar con precisión, y ninguna respuesta de ningún sistema de IA será mejor que la calidad de aquello que ha sido solicitado. Finalmente, veo un tercer beneficio, vinculado a la capacidad de iterar con esas herramientas en un diálogo dinámico, en una gimnasia intelectual estimulante para el aprendiz, dando a la institución educativa la oportunidad de hacer una utilización más intensiva del tiempo.

–¿Y cuáles considera que podrían ser los riesgos de su uso?

–El primero está vinculado a la potencial naturalización de la deshonestidad y el engaño. Deben tomarse recaudos en las consignas de trabajo para evitar que las producciones de la IA sean presentadas por los alumnos como elaboraciones propias. Frente a este riesgo, la escuela está obligada a revisar la forma en la cual evalúa o mide progresos en aprendizajes. El segundo riesgo se refiere a la tercerización del esfuerzo reflexivo e indagatorio que supone el acto de aprender, que debe seguir siendo un ejercicio que insuma esfuerzo intelectual, donde la IA deberá complementarlo y reforzarlo. Finalmente, el abuso de la utilización de estas herramientas no supondría ningún beneficio para la experiencia escolar, así que se deberán tomar recaudos para matizar sus usos como otras consignas y prácticas de aula.

–¿La IA transforma el rol del docente en el aula? ¿Deberá sumar nuevas habilidades?

–Sí, lo transforma por completo. Las instituciones educativas se enfrentan con la necesidad de diseñar otra aula, pensada para otro aprendiz. Las nuevas generaciones demandan otra experiencia, responden con entusiasmo a otro diseño, y dan la espalda al aula tradicional. Ese nuevo espacio de interacción deberá estar conducido por docentes del siglo XXI, tecnológicamente alfabetos, equipado con nuevas herramientas de trabajo, vinculadas a las tecnologías emergentes (la IA generativa a la cabeza). 

–¿Cómo vislumbra el futuro de la educación, con la IA ocupando un papel cada vez más importante?

–Un informe del Foro Económico Mundial afirma que las matemáticas, la lectura y escritura figuran como las mayores capacidades que pueden ser reemplazadas por la IA. En el otro extremo, enseñar, ‘mentorear’, ‘coachear’, poseer empatía y ofrecer escucha activa figuran entre las que no tienen casi ningún riesgo de ser reemplazadas. Por lo tanto, vislumbro al futuro de la educación intentando darle forma a un sistema con más diálogo y escucha, apuntalando con sensibilidad y empatía procesos personalizados de aprendizaje asistidos por herramientas digitales, ejercitando a los alumnos y entusiasmándolos con la idea de aprender y desaprender durante toda la vida. 

–¿Puede la IA colaborar para que los estudiantes tengan acceso a una educación de calidad?

–Absolutamente, de la misma manera que internet habilita accesos al conocimiento como nunca. Sin embargo, es necesario diseñar un nuevo sistema educativo. En 2019, el Consejo Federal de Educación, a través de las resolución 352/19, estableció el marco curricular de referencia para la formación de técnicos superiores en ciencias de datos y en IA. Esas iniciativas gubernamentales van en la dirección correcta, pero son insuficientes. Lo que debe hacer la política educativa es darle vida a una nueva discusión, tal vez la más estratégica de todas, con el fin de darle forma a un nuevo sistema educativo.

Revista Nordelta
Revista Nordelta

Revista Nordelta

RELATED ARTICLES

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here

Most Popular