Alta sensibilidad

Agustina “Tuti” Krause se reconoce como una persona altamente sensible, un rasgo de la personalidad que descubrió hace un tiempo y sobre el cual trabaja como coach y orientadora, para ayudar a otras personas en su misma situación.

Hace casi diez años, Agustina Krause, mucho más conocida como Tuti, se encontraba en España, estudiando acerca de temas como teología y espiritualidad. En el lugar donde se hospedaba, encendió el televisor y se cruzó con el documental “La sensibilidad al trasluz”. Lo que allí se contaba modificó el modo en el que se percibía a sí misma y también su futuro profesional. Se topó, por primera vez, con el concepto de Personas Altamente Sensibles (PAS), con el que se sintió identificada de inmediato.

“La alta sensibilidad es simplemente un rasgo de la personalidad. Una PAS tiene un sistema neurosensorial mucho más poroso que el resto de las personas. Recibe mucha más información”, explica. A raíz del documental, se contactó con la profesional que figuraba allí, la neerlandesa Karina Zegers de Beijl, quien se convirtió con el tiempo en su amiga y mentora. Ávida por saber más acerca del rasgo, estudió y se certificó como coach cognitiva especializada en alta sensibilidad con la estadounidense Elaine Aron, una referente en este campo, que habla de cuatro pilares que conforman a una PAS. Aquí Tuti los enumera y desarrolla:

–El primer pilar es que, por tener un sistema neurosensorial más poroso, con un tamiz más ancho, recibimos diez veces más información de estímulos exteriores e interiores que el resto de las personas. Además, la procesamos en profundidad en el mismo momento y le buscamos sentido. Esto lo hace nuestro sistema neurosensorial solo, sin que nosotros participemos, al menos en principio. Esto es genético y hereditario. El segundo, que está relacionado, es que somos más susceptibles a la sobreestimulación. Es como nuestro talón de Aquiles. Si no conocés el rasgo y no aprendés a gestionarlo, puede ser que te estreses en menos tiempo que el resto de las personas. A mí me gusta señalar que no es que nos estresamos más rápido porque somos más flojos y más vulnerables, sino porque manejamos más información. Si no tenés alguna herramienta para eso, te estresás más rápidamente.

–¿Cuáles son los otros pilares?

–El tercero es la capacidad empática y emocional. En nosotros, las neuronas espejo, que son las que permiten la comunicación entre los seres vivos, que uno se dé cuenta del estado del otro, funcionan con mucha más intensidad. Por ejemplo, si me contás que te duele la muela y a mí me resuena, mi propio sistema neurosensorial se ilumina como si a mí me doliese también. Yo le llamo compasión por default o no necesariamente virtuosa. Porque esto, si no lo manejas bien, es un problema. Y el cuarto es que nuestro sistema está más atento a matices, perspectivas, cosas mucho más sutiles que el del resto de las personas. Nosotros podemos entrar a un lugar y sentir el clima, un poco cómo se sienten los demás, el lenguaje no verbal. Tenemos que aprender a que esto juegue a nuestro favor. Aparte, tenemos algo que no está en los pilares, que es la capacidad de vincular conocimientos antiguos con nuevos de manera insólita. Entonces, solemos resultar gente muy innovadora en los planteos que hacemos, pero porque nuestro sistema funciona así, con más información y con más rapidez.

Hoy, gracias a su experiencia, Tuti acompaña a las personas altamente sensibles, ayudándolas a entender y gestionar su rasgo, aprovechándolo para vivir una vida más plena y feliz, descubriendo su propia sensibilidad.

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