lunes, julio 21, 2025
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Malba Puertos: arte y naturaleza se fusionan en Escobar

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A 23 años de su fundación, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) continúa innovando y expandiendo sus horizontes. El pasado 22 de septiembre inauguró Malba Puertos, una ambiciosa iniciativa que promete transformar la escena artística argentina. Ubicado en la localidad de Escobar, a tan solo 50 kilómetros de la sede original, Malba Puertos nace para acercar el arte contemporáneo a nuevas audiencias. Con un diseño vanguardista y un programa de actividades culturales diverso, este nuevo espacio propone democratizar el acceso al arte y generar un diálogo enriquecedor entre la comunidad y las expresiones artísticas más actuales.

Un museo sin barreras

Una de las características más destacadas de Malba Puertos es su carácter inclusivo. Con entrada libre y gratuita, el museo invita a todos a sumergirse en el mundo del arte. Además, su ubicación estratégica y su variada oferta de actividades lo convierten en un destino ideal para familias, estudiantes y amantes del arte de todas las edades.

El espacio está conformado por cinco espacios interiores y exteriores que ofrecen diferentes formatos y soportes expositivos: las Salas del Bosque, la Sala Chaile, la Reserva Técnica, la Sala del Lago y el Circuito de Arte Público. Este último está compuesto por más de veinte piezas -diseminadas en un recorrido que atraviesa el Lago Central de doscientas hectáreas y la Reserva Natural sobre el Río Luján- que transforman el paisaje y crean sorprendentes espacios de uso comunitario.

La reserva técnica al alcance de todos

Malba Puertos se destaca por ser uno de los primeros museos en el mundo en abrir al público su reserva técnica. En este espacio, los visitantes pueden observar de cerca el proceso de conservación de las obras de arte y conocer las piezas que conforman la Colección Malba y la Colección Eduardo F. Costantini. Esta iniciativa revolucionaria permite a los espectadores establecer una conexión más profunda con las obras y comprender los desafíos que implica su preservación.

Por otro lado, en las diferentes salas, el público puede disfrutar de las exposiciones La vida que explota, que reúne el conjunto escultórico de cinco seres antropomorfizados que Gabriel Chaile presentó en la Bienal de Venecia en 2022, junto a las obras textiles de la artista wichi Claudia Alarcón y el colectivo de tejedoras Silät; Ensayos naturales, un diálogo entre el dúo Mondongo y el pintor rosarino Luis Ouvrard; Acto reflejo, una serie de acuarelas de Amadeo Azar que relacionan las obras de la Colección Malba y la Colección Eduardo F. Costantini con la flora y fauna autóctona de la zona; y Mueble escultura, que presenta un conjunto de piezas de dieciséis artistas en las que el arte y los objeto de uso se amalgaman y se cuestionan mutuamente.

Un proyecto de impacto social y cultural

La creación de Malba Puertos es el resultado de una inversión de más de 10 millones de dólares, financiada por Consultatio. Este ambicioso proyecto no solo enriquece la oferta cultural de la región, sino que también genera un impacto positivo en la comunidad local, fomentando el desarrollo económico y turístico. Eduardo Costantini, fundador de Malba, expresó su entusiasmo por este nuevo emprendimiento y destacó la importancia de llevar el arte a nuevas audiencias. “Malba Puertos nace del deseo de ampliar el impacto cultural y social del museo”, afirmó Costantini. Por su parte, el intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, celebró la inauguración de Malba Puertos y agradeció a Eduardo Costantini por hacer realidad este sueño. “Esta es una enorme inversión privada al servicio de lo público”, señaló Sujarchuk.

Un futuro prometedor

Con Malba Puertos, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires consolida su posición como una institución de referencia en el ámbito cultural y reafirma su compromiso con la democratización del arte. Este nuevo espacio se presenta como un lugar de encuentro, reflexión y creación, donde el arte y la comunidad se fusionan para construir un futuro más rico y diverso.

La huella indeleble de Rioplatense

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El destacado frigorífico situado en Pacheco fue adquirido por Rodolfo Costantini 50 años atrás. En todo este tiempo no solamente sorteó las diferentes situaciones que atravesó la Argentina, sino que se mantuvo como líder en su rubro, tan importante para el país.

Rodolfo es el segundo de los trece hermanos Costantini. Hoy tiene 81 años, y desde muy joven es sinónimo de la industria frigorífica argentina, tanto que es un protagonista central de ella en las últimas cinco décadas. Precisamente en 1974 adquirió el frigorífico Rioplatense, que se ha mantenido como un referente ineludible del sector, fundamental para la economía y la identidad argentina.

El vínculo entre Rodolfo y este mercado comenzó cuando él tenía 23 años, al ingresar en la Consignataria Ganados. En 1968, junto a dos socios fundó Haciendas Argentinas, una consignataria de hacienda por sistema de venta directa en media res. Tres años más tarde, tuvo la oportunidad de hacerse cargo de un frigorífico que estaba en dificultades económicas y financieras: Penta, un establecimiento de capitales argentinos que tenía una planta en Quilmes. Fue un gran desafío, que logró sacar adelante con la ayuda y el trabajo de su padre y varios de sus hermanos. A mediados de los ‘70, Penta faenaba unas 270 mil cabezas anuales, lo que constituyó el espaldarazo inicial de Rodolfo.

Con ese antecedente, se animó a ampliar su grupo empresario al comprarle a los hermanos Beamonte el frigorífico Rioplatense, que estaba ubicado en General Pacheco y era extremadamente moderno para su época, con aproximadamente 300 mil cabezas anuales. La expansión continuó y llegó a su punto cúlmine en 1977, con la adquisición del 70 por ciento de Swift, que era una empresa gigantesca, de producción muy diversificada, y formó parte del grupo durante varios años. 

A lo largo de este medio siglo, el holding atravesó muchos momentos difíciles, y de todos ellos el más problemático se dio en 1991, con la compra de Santa Elena, otro gran frigorífico que había sido fundado por capitales ingleses y estaba ubicado en la provincia de Entre Ríos. “Compré Santa Elena creyendo que era algo parecido a Swift, pero me compré un pueblo, fue un desastre. Tuvimos que cerrarlo en 1993 y afrontar pérdidas millonarias en dólares que comprometieron a todo el grupo”, relata Rodolfo. En 1994, Rioplatense procesaba más de 90 mil toneladas de carne anuales, con ventas por alrededor de 165 millones de dólares. Sin embargo, los graves problemas ocasionados por el mal negocio de Santa Elena tardaron muchos años en solucionarse. Finalmente, lograron salir adelante, cancelar las deudas y resurgir como el ave Fénix.

Hitos y razones del éxito

Rodolfo tuvo siempre muy en claro que innovar era fundamental para el crecimiento a largo plazo. Por esa razón, en 1978 pasaron de comprar la hacienda en pie a adquirir ya faenada la media res en gancho: “Esto fue una innovación que nosotros impusimos en el mercado y que finalmente se popularizó. Nuestra idea siempre fue vender a los distribuidores de carnicerías, ir del campo directamente a la boca de venta”, recuerda.

También incorporaron la fabricación de hamburguesas, primero enfriadas y luego con la producción de hamburguesas congeladas. En 1984 lanzaron la marca Good Mark, que fue un éxito absoluto.

Otro hito se dio a principios de los años 2000, cuando comenzó una fuerte exportación hacia Rusia. Y en 2013 se expandió la capacidad productiva al construir una planta de seis mil metros cuadrados destinada al procesamiento, empaquetado y despacho de carne porcionada para abastecer a más de 110 tiendas de los supermercados Carrefour en el Gran Buenos Aires. Así, la carne comenzó a salir del frigorífico envasada en bandejas, acondicionada para la venta en las góndolas y hasta con el precio colocado para el consumidor final.

Los años 2015 y 2016 fueron buenos, ya que toda la industria frigorífica argentina tuvo un fuerte empujón debido a la aparición de China como comprador mundial de carnes. Rioplatense hizo importantes inversiones para mejorar y ampliar la capacidad operativa de la planta.

A partir de 2019, decidieron realizar la inversión más importante jamás realizada en el frigorífico, construyendo una nueva planta de frío con una segunda sala de máquinas, un túnel de congelación continuo, una sala de paletización automática y un depósito de palets congelados. Este verdadero Centro Logístico permite almacenar todas las cajas de productos congelados, que se exportan principalmente a China.

Al celebrar los 50 años de Rodolfo en Rioplatense, la capacidad de procesamiento del frigorífico ha alcanzado 2.000 cabezas de ganado y más de 300 toneladas de carne deshuesada por día. Los productos de Rioplatense se distribuyen a nivel nacional y están habilitados para la exportación a más de 50 países. Rodolfo destaca: “Es un frigorífico excepcional. Nuestra línea de productos incluye cortes enfriados, congelados, porcionados para supermercados mayoristas y minoristas, y carne cocida y marinada para servicios de catering en todo el país”.

Además, la grasería industrial procesa grasa y hueso provenientes de la faena y desposte.

“Los 50 años de Rioplatense son un hito, tanto para mí como para la industria. No creo que exista otro frigorífico en Argentina que haya durado tanto tiempo con la misma razón social y los mismos dueños”, destaca Rodolfo con orgullo, quien ya ha delegado la gestión diaria del frigorífico en su hijo Martín: “Yo intervengo en decisiones estratégicas, pero toda la operación la maneja él. Ha hecho crecer muchísimo a la compañía y tiene mucho mérito”. Martín también reconoce que las decisiones principales siguen siendo tomadas por su padre: “Antes de hacer cualquier cosa de trascendencia, lo consulto con él. Porque es la persona que más sabe de este negocio y es un lujo poder contar con él”.

Además de Martín, otros tres hijos de Rodolfo desempeñan funciones en la empresa: Nicolás también es parte de la conducción, mientras que Pía dirige el área de Marketing y Gian colabora en la venta de las exportaciones. “Rioplatense no fue el primer ni último frigorífico de papá, pero sí el que más quiso”, sintetiza Nicolás. Y Rodolfo concluye: “Rioplatense es una gran familia, la gente que trabaja tiene mucho talento y compromiso , todos estamos muy ligados, tratamos de apoyarlos y ayudarlos. Siempre les transmitimos la importancia de ir hacia adelante y de no bajar nunca los brazos. Lo más importante de las empresas es su gente, las personas que trabajan allí, los equipos que se forman: sin ellos la empresa no existe”.

Muchtek revoluciona la decoración con PVC

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La nueva línea IN&OUT Design es ideal para ambientar y revestir el hogar, con mínimo mantenimiento.

La empresa líder en fabricación de perfiles para carpinterías y productos arquitectónicos de PVC presenta una nueva unidad de negocios, para brindar grandes soluciones a arquitectos, interioristas y usuarios: In&Out Design. Los productos de esta nueva línea están pensados para ambientar diferentes espacios del hogar, oficinas, hoteles y comercios de manera práctica y con mínimo mantenimiento.

Esta novedosa propuesta contempla tubulares, wall panel de interior y exterior y revestimiento para techo y pared, en una amplia gama de colores y texturas que se adaptan al estilo de cada espacio, aportan diseño y brindan personalidad a los ambientes.

Tubulares: Ideales para utilizar como pérgolas, quiebravistas, parasoles, revestimientos de exterior, cerramientos como portones, batientes o paneles divisorios. Favorecen el recambio del aire y permiten tamizar el ingreso de luz, ambientando espacios con un diseño innovador con máxima eficiencia y mínimo mantenimiento. Se presentan en la misma gama de colores y texturas que las líneas de carpinterías de Muchtek, como los simil madera,  opciones modernas como jet black, mattex kitami, altweiss, toffee, entre otros.

Wall Panel de interior y exterior: una solución fácil y práctica para revestir paredes, que permite renovar los ambientes sin necesidad de entrar en obra gruesa. Un producto de gran resistencia y bajo mantenimiento, dadas las cualidades del PVC, que a su vez puede ser foliado en una amplia gama de colores, otorgándole versatilidad y estilo.

Puede colocarse tanto en interior como en exterior, ya que no se corroe, pudre o astilla, no lo afectan los hongos, termitas ni los rayos UV.

De fácil usabilidad y practicidad, se pueden colocar directamente sobre todo tipo de pared, áreas cementadas y otros materiales, garantizando el acabado perfecto para cualquier ambiente. La gama de colores de la línea de uso exclusivo interior se compone de oak, poplar, walnut, teak, eucalyptus. Mientras que para la línea de exterior se puede elegir entre toda la gama de colores de skai foils para carpinterías, sumado el color concrete.

Revestimiento: Una solución práctica y estética para ambientes residenciales y comerciales, de fácil manipulación y rápida colocación, que no requiere mantenimiento y es un excelente aislante termo acústico y eléctrico, aportando a su vez eficiencia al hogar.

Son versátiles en su diseño, de muy fácil colocación, resistentes y de bajo mantenimiento, ignífugos y autoextinguibles, siendo un producto muy seguro para incorporar en los diferentes espacios del hogar. Este producto está disponible en una amplia gama de colores para uso interior, como oak, poplar, walnut, teak, eucalyptus, concrete y white concrete. También se presenta en PVC blanco, para interior y exterior.

“Estamos muy contentos de esta nueva apuesta de Muchtek al desarrollo de productos arquitectónicos de PVC con la más alta calidad y tecnología aplicada, para continuar aportando múltiples soluciones a arquitectos, interioristas y usuarios que quieran sumar diseño y estilo a sus proyectos, pero con el plus de la practicidad de uso y su mínimo mantenimiento” asegura Bruno Sposaro, responsable de la línea In&Out Design de Muchtek, y agrega que “podrán conocer la versatilidad de diseño y estilo de los nuevos productos arquitectónicos visitando la nueva edición de Idear y de Casa FOA, donde acompañamos diferentes espacios aportando nuevas soluciones con tecnología, eficiencia y confort”.

Para más información acerca de la línea IN&OUT Design y conocer todas las novedades de la empresa, ingresar a https://www.muchtek.com/ o en IG @muchtek.tecnoperfilesgroup  

La piel como un reflejo

Con una extensa trayectoria, Irene Bermejo es una eminencia de la dermatología argentina. Ahora abrió una nueva sucursal en Nordelta, donde aplica su máxima de tratar a cada paciente “más allá de la piel”

La de Irene Bermejo es una vida dedicada a la dermatología. Y más que eso: una vida dedicada a la medicina, en la que la dermatología fue, al principio, un escape, y rápidamente se convirtió en un punto de partida desde el cual abordar integralmente el tratamiento de un paciente.

Una vez recibida de médica, al momento de elegir la especialidad, su primera opción fue la psiquiatría. Un comentario desatinado de un colega la llenó de inseguridades y, desde las profundidades de la mente, emergió hacia la capa más externa de una persona. Sin pensarlo demasiado, hizo base en la dermatología y, con el correr de los años, notó el nivel de relación de esta especialidad con su elección inicial. “Más allá de la piel” es el slogan de su clínica, pero, sobre todo, es una filosofía de vida que la guía. Aquello que vemos en la superficie es la respuesta a problemas y hábitos que, a veces, incluso el propio paciente desconoce.

“Al final, aprendés a mirar al paciente como un todo. La piel es un órgano muy primitivo, el primer órgano que se forma, y es también un lugar al que van muchas patologías psicológicas y emocionales. Se manifiestan en la piel. Vos te podés quedar con el síntoma, por ejemplo, que a alguien se le cae el pelo, y ocuparte de que le crezca. O uno puede hacerse la pregunta de por qué pasa esto. Ahí se unen las dos puntas. Porque a veces el paciente manifiesta que se le cae el pelo, pero en realidad sus problemas son temores, ira, abandono. Eso lo descubrís cuando empezás a indagar un poco más. Me di cuenta de cuántas cosas esconde la piel”, afirma la médica. 

–Al revés, cuando la piel está bien, ¿eso habla de que una persona está ordenada en lo demás?

–No siempre. A lo mejor, estás sano de la piel y manifestás un problema en otro lado. Las emociones juegan un papel importante. Freud hablaba, por ejemplo, de los eccemas: vos te rascás y te rascás, pero al final la cura está en ponerte una crema con corticoides o una crema humectante. Lo hacés, al ponerte la crema, acariciás al niño que sos. Freud decía que los chicos atópicos, los chicos con alergias de chiquitos, eran chicos poco acariciados. Esa es un poco la mirada que a veces hago de la misma patología.

–Además de lo emocional, tu mirada integral abarca hábitos de los pacientes, la forma en la que se alimentan o descansan, por ejemplo…

–Por supuesto. El no descansar, el dormir mal, el estrés, la alimentación, te afectan. Estamos comiendo mucha comida chatarra, cualquier cosa que venga en un paquete te hace mal. Hoy ya no miro un eccema sólo pensando en que esa persona no fue acariciada de niña. Hoy miro lo que come, también. Además, por ahí fue un chico poco acariciado, pero hacés un mix de cosas y te das cuenta de que los resultados son mejores, porque a la gente le pasan cosas más allá de la piel.

–¿La gente se sorprende? Porque quizá va en busca de una crema y nada más, pero termina con un cambio de vida.

–En general, se sorprende para bien. Yo no puedo obligarte a que comas mejor, ni a que hagas gimnasia, yo sólo te cuento. Me ocupo de la manchita, pero también te cuento lo que para mí significa que vos comas mejor o que gestiones el estrés. Yo creo que no es médico el que cura, sino el que enseña. Cuando vos enseñás, le contás, le mostrás que hay otra manera de enfocar las cosas, el paciente puede querer o no ocuparse, pero al menos ya las sabe. Yo cuento y algo siempre queda de eso.

A su conocida clínica en Belgrano, que funciona hace más de tres décadas, ahora Irene le sumó una nueva sede ubicada en Nordelta, que consiguió instalarse rápidamente en la zona y alcanzar un éxito mayor al proyectado. En ella, se aplica la misma línea que Irene mantiene como médica, docente y empresaria.

–¿Por qué elegiste los láseres como herramienta principal?

–Porque a mí me encanta regenerar la piel, no me gusta disimular. Yo no inyecto. Lo mío es la salud de la piel. Me encanta la naturalidad de la piel sana, y los láseres te dan la oportunidad de regenerar el propio tejido, estimular para que vos mismo regeneres más colágeno, estimular para regenerar una cicatriz que te quedó mal, entre otras cosas. Y me importa la longevidad saludable, que va de la mano con la aceptación. A cualquier edad podés tener la piel bárbara, pero me parece que la juventud viene por otro lado. Yo creo que era más vieja a los 40 que a los 70. Los bebés, cuando se ríen, arrugan la frente, pero tienen una piel impecable. Entonces, la arruga no siempre es lo que te hace ver más vieja. Es la calidad de piel que tiene esa arruga. Y cuando vos mejorás la calidad de piel, mejorás el brillo, mejorás la luminosidad, por ahí la arruga ni se ve.

Con la pasión como bandera

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En un texto exclusivo para Revista Nordelta, el prestigioso historiador y periodista Daniel Balmaceda presenta su libro “Sarmiento, el presidente que cambió a la Argentina”, en el que revela detalles sobre la vida del sanjuanino más famoso de nuestra historia.

En el amplio comedor de la casa de mis abuelos, los recuerdos evocan aquella mesa larga siempre poblada. Los más pequeños solíamos sentarnos lejos de la cabecera, ocupada por mi querido abuelo Carlos Felipe. Detrás de él, observándonos con el ceño fruncido y apuntándonos con el dedo índice de la mano derecha, estaba Sarmiento. No he visto ese retrato en ningún otro lugar, aunque estoy convencido de que el gesto y las facciones corresponden a su época como legislador, después de su presidencia.

A nosotros, los más pequeños, nos parecía que el hombre del cuadro nos estaba retando, cuando en realidad dirigía un discurso cargado de energía a sus colegas. Pensándolo bien, es muy probable que estuviera retándolos. Según sus contemporáneos, se trataba de un hombre terco, de mal carácter, altanero y gruñón. Sin embargo, también era visto como adorable, entusiasta, de buen humor y apasionado.

Aquel retrato, con su mirada severa y su dedo acusador, siempre me hizo pensar en la dualidad de Sarmiento, hombre de contrastes, capaz de inspirar tanto admiración como rechazo. Por un lado, está el hombre que detestaba a los gauchos, quería entregar la Patagonia a Chile y pidió la cabeza de López Jordán. Por otro lado, tenemos al visionario que amaba y protegía a los animales, que brindó la primera educación y herramientas para progresar a millones de nuestros abuelos, que admiraba al hombre de campo -al paisano trabajador, no al gaucho pendenciero- y que impulsó la producción agropecuaria, principal riqueza de nuestra tierra.

Más allá de las polémicas y los juicios históricos, mi intención fue plasmar al hombre detrás del mito. Al Sarmiento que se levantaba cada mañana con la misma pasión que lo llevaba a escribir hasta altas horas de la noche. Al que se emocionaba al ver ondear la bandera argentina. Al que, a pesar de su fama de gruñón, era capaz de reír a carcajadas y disfrutar de la vida con una intensidad contagiosa.

El problema de aferrarse a los extremos es no poder reconciliar los inevitables matices en la vida de las figuras del pasado. A quienes aman a Sarmiento les incomoda saber que él declaró que no había que ahorrar sangre de gaucho. A quienes lo odian, les molesta que al menos alguno de sus ascendientes dejó de ser analfabeto gracias a la acción concreta del sanjuanino.

Así como existe un Sarmiento a la medida de cada uno, también tenemos uno propio, el que se descubrirá a través de las páginas que he escrito. El libro se ha centrado en el apasionante período de su presidencia, que en los programas de estudio solo se menciona superficialmente debido a las limitaciones del tiempo escolar. No obstante, también hemos repasado otras facetas de su vida que están estrechamente relacionadas con sus seis años de gobierno. No solo hemos explorado los logros y fracasos de su presidencia, sino también las pequeñas historias que lo hacen tan fascinante. Hemos narrado su amor por el Delta, su afición por la astronomía, su torpeza para bailar y su debilidad por los dulces. También figuran sus amistades, sus amores y sus desengaños, los testigos de sus momentos de gloria y de sus horas más oscuras.

Sarmiento enfrentó el primer magnicidio de nuestra historia, fue víctima del primer atentado a un presidente en ejercicio del cargo, organizó el primer censo nacional y duplicó la superficie del territorio argentino. Asumió con la pesada herencia de una guerra en curso y completó su presidencia en medio de una rebelión militar. Durante su mandato, vivió de prestado en casas de parientes tras su separación informal de su esposa. La prensa lo trató de borracho, corrupto, inútil y anticonstitucional.

Fue el hombre que multiplicó las escuelas en todo el país y el que, en una tarde, disparó una ametralladora contra una de ellas. Fue quien vetó la decisión del Congreso de convertir a Rosario en la Capital Federal de la República, y también quien introdujo el cultivo de mimbre en el Tigre, anticipando la necesidad de canastos para la creciente producción frutícola. Esos y muchos otros episodios ofrecerán una visión personal sobre el maestro sanjuanino, que no participó de su propia campaña, que no tuvo “luna de miel” y que, por su carácter impetuoso, fue objeto de burlas constantes.

Su presidencia marcó un cambio notable en el destino de la Nación. Tomó decisiones críticas cuando la urgencia lo requería y cometió el error de bajar al llano para debatir en lugar de seguir enfocado en sus proyectos.

Espero haber logrado mi objetivo: que el señor enojado del cuadro del comedor, que luchó por ver grande a su patria, abandone esa postura y se ponga en movimiento. Para que todos podamos conocer a un compatriota que perdura en la memoria de todos los argentinos.

Un récord diabólico

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Un siglo atrás, el Fiat Mefistofele registró una plusmarca fantástica para la época: rozó los 235 kilómetros hora en una pista de tierra. Su historia está llena de detalles increíbles.

La fecha exacta fue el 12 de julio de 1924. El escenario, un tramo de la Ruta Nacional 20, cerca de Arpajon, a 35 kilómetros de Paris. Allí un modelo único de la marca italiana Fiat logró un récord que quedó en la historia.

El británico Ernest Eldridge fue el creador de este curioso modelo. Como muchos jóvenes de buena posición económica de la época, encontró en los autos y los aviones un campo perfecto para saciar su sed de gloria y aventuras. Nacido en 1897 en la alta burguesía londinense, Eldridge abandonó sus estudios para participar en la Primera Guerra Mundial, como conductor de ambulancias. Tras el conflicto, su amor por las emociones fuertes lo llevó al mundo de la competición y a un objetivo claro: establecer un récord de velocidad capaz de permanecer en el tiempo. Y se propuso conseguirlo a través de la adaptación de un motor de un avión a un auto de carreras.

En aquella época, los pilotos debían utilizar sus propios automóviles y visitar desguaces y chatarrerías para lograr un vehículo con prestaciones ganadoras. En 1921, siguiendo este proceso, desarrolló un automóvil que fue capaz de alcanzar los 150 kilómetros por hora, gracias a un motor de 240 CV procedente de un avión.

Pero todavía le quedaba mucho por decir. Y hacer. Eldridge confió en la tecnología Fiat de la época: compró un SB4, un auto de competición de 1907, y un propulsor A.12, un motor de más de 21 litros de cilindrada y seis cilindros en línea, con prestaciones muy apreciadas por los ases del aire al mando de aviones de reconocimiento y bombarderos.

El desafío fue meter semejante mole en la parte frontal del automóvil. Eldridge modificó los cilindros para dotarles de cuatro válvulas a cada uno, con bujías Magneti Marelli; para alargar el chasis, en tanto, utilizó partes de un autobús londinense accidentado. El resultado fue un auténtico monstruo, capaz de desarrollar 350 CV a 1.800 rpm, que al encenderse generaba un ruido infernal, lo que le valió el apodo de Mefistofele con el que pasó a la historia.

La obra del joven británico pronto llamó la atención. La marca Delage y su piloto estrella, René Thomas (varias veces campeón de las 500 Millas de Indianápolis), lo retaron a un duelo para intentar batir el récord del mundo de velocidad. Su arma: el Delage V12 La Torpille, que también llegaba a los 350 CV. Eldridge recogió el guante.

El 5 de julio de 1924, el Fiat Mefistofele consiguió la plusmarca en pista de tierra al llegar a los 230,55 km/h. Pero sus contrincantes reclamaron el titulo porque el modelo no disponía de marcha atrás, un requisito para la homologación. Al día siguiente, el Delage marcó 230,63 km/h. Esto no desanimó a Eldridge que, con la ayuda de un herrero local, logró incorporar un dispositivo de marcha atrás para su bólido. Con esta modificación, volvió a la ruta el 12 de julio y llegó a 234,98 km/h, un número que lo elevó a la categoría de leyenda.

Actualmente, el Mefistofele es una de las grandes joyas del Centro Storico Fiat de Torino, gran protagonista en el 125 aniversario de la marca italiana.

La gestación de un lugar nuevo

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Texto Diego Moresco Director ejecutivo de Nordelta S.A.

Empieza a delinearse luego de 25 años de desarrollo el lugar de Nordelta que venimos pensando desde el inicio.

Al principio lo llamamos genéricamente centro cívico porque era la denominación que en ese momento mejor explicaba su contenido y función a la comunidad. 

Hoy le decimos Centro.

Aprendimos en estos años que los lugares más atractivos son aquellos que ofrecen contenidos y programas balanceados para sus habitantes, un buen diseño del espacio público, y finalmente buena arquitectura y calidad de construcción.

Así fue como en el año 2015 la comunidad cristiana construyó su iglesia de La Sagrada Familia y la comunidad judía el templo de Fundación Judaica. En el año 2019 empezó la construcción del sanatorio de Swiss Medical, y luego apareció el restaurante Manso. También se hicieron algunos proyectos piloto como El Muelle (hoy Manso), la huerta, Bike Point y un centro de kinesiología.

Bajo este mismo concepto de trabajar los programas más que la cáscara que los contenga, empezamos hace unos años (durante la cuarentena del Covid) a delinear el proyecto de educación universitaria. 

Para esto nos propusimos analizar nuestro público objetivo: la generación Z, los centennials. 

Una generación activista, participativa, móvil, marcada a fuego por la problemática del cambio climático, que produce de forma colaborativa, consume con conciencia, desea estar donde las cosas ocurren. 

Tienen una gran capacidad de organizarse a partir del eficaz uso que hacen de las plataformas tecnológicas. Su vínculo con la tecnología es tal que no conciben que hubo un tiempo reciente donde eso no existía. Los Z viven conectados no por decisión propia, sino porque así es su mundo, en red, en vivo, “en beta”. Para ellos la tecnología no es un dispositivo o una plataforma, es una matriz inescindible de su condición de ciudadanos globales a través de la cual se representan a sí mismos, sin adherir a los sistemas de representación vigentes.

Esta nueva configuración cultural ubica a los Z en un lugar novedoso frente a la idea del aprendizaje. Para ellos la experiencia de aprender es algo posible de encontrar con el mínimo esfuerzo en cualquier momento del día, en cualquier lugar físico y desde cualquier plataforma de contenidos.

Los Z prueban, viven en primera persona procesos de experimentación. Reconocen que el mundo está en debate, que muchas convenciones no producen el resultado esperado, que existe una crisis de significado de muchas de las instituciones y rutinas que colonizan el quehacer cotidiano, y que los guías habituales (editores, curadores, enciclopedistas, diseñadores curriculares, sacerdotes, líderes formales de las organizaciones, jefes, ‘expertos’, docentes) deambulan dando órdenes y directrices sin mucha convicción con sus brújulas dañadas.

Hoy en Nordelta hay 5 colegios, y en un radio de 30 minutos hay otros 15, todos bilingües y de doble escolaridad. Unos 20.000 chicos, que promueven más de 1.000 potenciales alumnos universitarios cada año. 

En su mayoría jóvenes que comienzan su educación superior sabiendo que existen nuevas formas de aprender. Ya no son seducidos por marcas e instituciones de prestigio tradicional. Para merecer su interés es necesario proponer un modelo fusionado, que disponga plataformas de intercambio entre saberes.

Un territorio físico, aunque también simbólico, en donde la actividad se presente como una mezcla indistinguible de oportunidades de participación, experimentación y realización personal y colectiva. Un lugar para prototipar carreras y ofertas académicas del futuro.

Un sistema de interacción entre el conocimiento y la producción, en respuesta a estas nuevas demandas, que conecte talento con oportunidades. Con un diseño multiservicio para aprender viviendo: aprendizaje, experimentación, acceso a la realidad productiva, oportunidades de validación competitiva, vivienda y actividades culturales. Y una poderosa batería de recursos: gestión de la comunidad, tecnología robusta, pertinencia de marcas y arquitectura de vanguardia. 

Todo esto aspira a ser Área Beta. Un largo camino que queremos emprender con el acompañamiento inicial de instituciones educativas: Universidad de San Andrés y Universidad Austral; empresas: Nordelta, Telecom, Oracle; operadores de cowork: Circular, If Chile. 

El primer edificio está en construcción, para empezar a operar en 2026.

Área Beta. Con ADN Nordelta.

En colaboración con Juan María Segura.

La educación del futuro germina en Área Beta

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La Universidad Austral se suma con un proyecto de innovación educativo al espacio de Nordelta. Su Rector, Julián Rodríguez Priore nos cuenta los planes que responderán a las nuevas demandas laborales y productivas.

En un entorno de constante cambio, Área Beta nace en Nordelta como un ámbito de vanguardia donde diferentes actores vinculados a la sociedad del conocimiento, como empresas tecnológicas, emprendedores, centros de investigación y también universidades se reunirán para crear prototipos de carreras y soluciones vinculadas a la sociedad del conocimiento. Dentro del grupo relacionado a la educación se encuentra la Universidad Austral, quien ya está construyendo su propio edificio para comenzar a interactuar desde el mes de octubre en Área Beta.

“Si bien tenemos un grupo importante de alumnos en la zona de Nordelta y Bancalari, la convocatoria nos interesó para proyectar nuevos conceptos, intentando no replicar lo que hacemos en nuestras otras sedes: Ciudad de Buenos Aires, Pilar y Rosario. Así entendimos el concepto de Área Beta, con un espíritu muy innovador y eso fue lo que nos atrajo” afirma el Rector de la Universidad Austral, Julián Rodríguez Priore.

–¿Estaba en los planes de la Austral expandirse como universidad?

–Más allá de una expansión territorial, nuestra presencia en Área Beta la vemos como un espacio para animarnos a un proyecto distinto, y de hecho así es como lo estamos planteando. No pensamos en el corto plazo, como es el dictado de carreras de modo sistemático, sino de una manera continua que seguimos desarrollando y pensando, porque la educación también avanza con grandes cambios.

–¿Todavía se considera al sistema educativo como un proceso unidireccional?

–No, la educación como la conocemos hoy es un proceso que está agotado. Hoy es mucho más circular, donde hay un ida y vuelta con el alumno. Es un proceso de aprendizaje pero que tiene mucho de cocreación, e incluso de aprendizaje mutuo, entre el alumno y el profesor. Hoy en día, con las tecnologías, el contenido está a disposición de cualquiera.

–¿Cuál es el elemento diferencial que transmiten a sus alumnos como Universidad?

–Que los chicos tengan un sentido crítico, por ejemplo. Que experimenten, aprendan y se desarrollen viendo qué es lo que pasa en el mundo y después haciendo cada uno su experiencia. Son modelos distintos que tenemos que ir probando y vemos que Área Beta es el ámbito indicado.

Incluso desde lo arquitectónico, el proyecto Área Beta es un espacio alineado a este concepto educativo transformador que propone la Universidad Austral. “Nosotros también estamos construyendo nuestro propio edificio, porque queremos tener un espacio propio, como si fuera un laboratorio para innovar. Contará con dos aulas con espacio para 60 personas, un laboratorio de ciudades inteligentes y espacios de coworking. Estimamos que entre el mes de octubre y noviembre puede estar finalizado, y que este año empecemos a dictar los cursos de ingreso, con la posibilidad de dictar algunas materias de diferentes carreras, pero sí de una forma más flexible”, afirma Julián.

–Siempre se consideró a la Universidad Austral como innovadora y emprendedora. ¿Por qué piensa que es así?

–En primer lugar, porque nuestra universidad es fruto del espíritu emprendedor de un grupo de personas que, con un gran espíritu, hace 30 años se animaron a fundar la Escuela de Negocios y la universidad. El proyecto que se desarrolló gracias a una enorme iniciativa de personas, con propuestas, proyectos e ideas, que el rectorado fue acogiendo y encauzando. Y también es emprendedora porque fomentamos en nuestros alumnos un muy rico historial de formación relacionada al emprendedurismo.

–Los graduados siguen bastante ligados a la Universidad Austral. ¿A qué se debe ese sentido de pertenencia? 

–Los graduados se sienten muy muy vinculados y muy orgullosos de su Universidad, en primer lugar, porque son conscientes de lo que la Universidad les ha dado. La Austral es la primera en el ranking en términos de empleabilidad, y eso significa que la inmensa mayoría de los alumnos, cuando se gradúan, tienen trabajo gracias a la capacitación recibida. Son conscientes de que ese prestigio facilita su inserción laboral, y que la Universidad los acompañó en el camino.

En pocas palabras, el proyecto educativo de la Universidad Austral se centra en una educación integral de la persona, más allá de desarrollar conocimientos, sino también en habilidades intelectuales, como la toma de decisiones de dimensiones sociales. “Porque entendemos que el ser humano también tiene una dimensión espiritual y emocional, donde los afectos, los sentimientos y los valores son una parte muy importante del ser humano y también hay que educarlo. Valoramos a cada alumno, la individualidad de cada persona, y por eso nuestra educación está centrada integralmente en todas sus dimensiones. También esperamos que, naturalmente, esos valores regresen a la sociedad. Por ejemplo, el amor al trabajo, el compromiso por el otro y sobre todo por aquellos que son más vulnerables”. 

Nace el Espacio Nordelta de la Universidad Austral

La Universidad Austral (UA) ya comenzó las obras de su nueva sede en Área Beta, el nuevo espacio innovador de Nordelta. El moderno edificio diseñado tendrá el objetivo de fomentar la interacción, el descubrimiento y el desarrollo profesional entre estudiantes, docentes, empresas y la comunidad.

En esta primera etapa, el edificio llamado “Espacio Nordelta de la Universidad Austral” albergará las actividades de ingreso para las carreras de grado que comenzarán en marzo de 2025. Además, se organizarán eventos para colegios, familias, futuros alumnos y graduados. El espacio también contará con salas de trabajo en equipo y estudio para los estudiantes actuales y un coworking para el personal de la UA.

Un ecosistema de conocimiento y creación de valor

Más allá de su función educativa, el nuevo espacio de la UA en Nordelta se propone como un ecosistema de interacción entre el conocimiento y la producción. Las distintas unidades académicas podrán realizar actividades y reuniones en este espacio para dialogar con empresas y atender las demandas laborales emergentes.

En este marco, se busca crear un entorno propicio para el desarrollo de nuevas carreras universitarias, emprendimientos y soluciones vinculadas a la sociedad del conocimiento. Un ejemplo concreto de esta iniciativa es la instalación de un Laboratorio de IoT en colaboración con Telecom, donde se realizarán pruebas y ensayos tecnológicos en el marco del proyecto de desarrollo de Ciudades Inteligentes que la UA y Telecom llevan adelante en Nordelta.

La apertura del Espacio Nordelta de la Universidad Austral representa un paso importante en el compromiso de la UA con la innovación y la formación de profesionales de excelencia. Este nuevo espacio permitirá a la universidad fortalecer su vínculo con la comunidad y contribuir al desarrollo de la región.

Un nuevo espacio para el arte y la cultura 

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A 23 años de su fundación, el museo Malba expande su horizonte con la apertura de una nueva sede en Puertos, marcando un hito en la historia del museo y de la escena artística argentina.

El 21 de septiembre de 2024, las puertas de Malba Puertos se abrirán al público con el objetivo de democratizar el acceso al arte y generar un diálogo enriquecedor entre la cultura y la comunidad, combinando modernidad, transparencia y conexión con el entorno natural.

Este nuevo espacio, fruto de un acuerdo institucional con Consultatio, socio corporativo del Malba, surge fiel a su espíritu innovador, para ofrecer una programación cultural diversa e inclusiva, con foco en el arte contemporáneo argentino. Exposiciones temporarias, actividades educativas, talleres, conciertos, performances y mucho más se darán cita, creando un escenario ideal para la creatividad. Sin embargo, Malba Puertos no solo será un museo, sino también un espacio de encuentro y diálogo, con un compromiso para la comunidad. La designación de Eleonora Jaureguiberry como Coordinadora General de Malba Puertos refleja el compromiso del museo con el desarrollo de iniciativas que fomenten la participación ciudadana y la construcción de redes sociales sólidas.

Un hito en la historia de los museos

Malba Puertos se posiciona como uno de los primeros museos del mundo en abrir al público su reserva técnica, invitando a los visitantes a conocer el “detrás de escena” del mundo del arte y la conservación de sus obras. “Este espacio, que normalmente es invisible e inaccesible al público en cualquier museo convencional, en este proyecto se convierte en el motor de una institución que es todo lo contrario: transparente y abierta”, comenta su arquitecto Juan Herreros. 

Como un oasis cultural y un destacado espacio arquitectónico, Malba Puertos fue diseñado por el estudio español Herreros en colaboración con Torrado Arquitectos, Bulla y FloraEstudio, y se caracteriza por su transparencia, ligereza y conexión con el entorno natural. Un techo de cúpulas translúcidas de 1.200 m2 cubre los tres pabellones que conforman el complejo, invitando a los visitantes a una experiencia inmersiva donde el arte, la naturaleza y el aprendizaje se fusionan. Como un espacio destacado, el museo contará con el Pabellón Chaile, construido con muros vidriados para contener las cinco esculturas de gran tamaño realizadas por el artista argentino Gabriel Chaile. La sala produce un límite virtual que conecta las obras con la naturaleza y lo convierte en un foco de atracción desde el exterior. “Malba Puertos nace del deseo de ampliar el impacto cultural y social del Museo en nuevas audiencias. También de la necesidad de albergar nuevas formas de expresión y exhibición, acordes al museo del Siglo XXI en el que las disciplinas y formatos son cada vez más híbridos e interdisciplinarios y el visitante, un participante activo” afirma el fundador del Museo, Eduardo F. Costantini.

La apertura de Malba Puertos marca un antes y un después en el panorama cultural argentino, ya que no solo acerca el arte a nuevas audiencias, sino que también redefine el concepto de museo, convirtiéndolo en un lugar de encuentro, diálogo y aprendizaje para toda la comunidad con su propuesta innovadora y su compromiso con la accesibilidad.

Una cita con lo mejor

Llega la decimonovena edición de la Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires. Se desarrollará entre el 9 y el 13 de octubre en el Faena Art Center, con un notable listado de conferencistas provenientes de todo el mundo.

Con casi 40 años de historia, la Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires es un clásico de relevancia planetaria. Este año repetirá el escenario del Faena Art Center, en el barrio de Puerto Madero. La cita será entre el 9 y el 13 de octubre, con entrada libre y gratuita.​

El programa incluye una exposición central, una amplia agenda de conferencias a cargo de destacados profesionales nacionales e internacionales, workshops y exposiciones en diversas instituciones asociadas. Todo esto tendrá un doble fin: por un lado, exhibir las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías para abordar los desafíos ambientales, territoriales, económicos y sociales que enfrentan las ciudades contemporáneas; y por el otro, generar pensamiento sobre nuevas perspectivas de la dimensión urbana y humana de las ciudades. 

Para esta edición, la Bienal renovará la apuesta con un diseño expositivo innovador para presentar lo más destacado de la escena arquitectónica contemporánea local e internacional, y desplegar un abanico de propuestas en diversos soportes a través de estudios invitados y proyectos seleccionados a través de una convocatoria abierta.

Prestigio en cada conferencia

El programa de conferencias contará con diversos especialistas locales y extranjeros de prestigio internacional, provenientes de diversos campos vinculados a la arquitectura, el urbanismo, la gestión ambiental, el arte, el diseño, la tecnología y la innovación. La participación en las conferencias será tanto presencial como virtual en vivo, por streaming, con el objetivo de amplificar el acceso a sus contenidos y el alcance a múltiples públicos.

Asimismo, y con el objetivo de ampliar la oferta de su programa, en esta edición la Bienal se articulará con instituciones culturales de referencia, para presentar exposiciones internacionales y generar una plataforma de producción y reflexión contemporánea sobre la base de propuestas interdisciplinarias, encuentros en distintos escenarios, recorridos urbanos y diálogos entre la arquitectura, el arte y el diseño.

Los conferencistas serán especialistas locales y extranjeros de prestigio internacional, referentes de inspiración y líderes de opinión en diversos campos vinculados a la arquitectura, el urbanismo, la gestión ambiental, el arte, el diseño, la tecnología y la innovación. Entre ellos sobresalen Vladimir Belogolovsky (USA), Bárbara Berson (Argentina), Tatiana Bilbao (México), Benita Braun Feldweg (Alemania), Francisco Cadau (Argentina), Susana Drago (Argentina), Lisa Dietrich (Alemania), Winka Dubbeldam (USA), Olga Felip (España), Carlos Ferrater (España), Francisco González Pulido (México/USA), Giuseppina Grasso (Italia), Juho Gronholm (Finlandia), Roland Halbe (Alemania), Kosmos (Suiza), Laboratory of Architecture (Georgia), Paula Lavarello (Argentina), Nic Lehoux (Canadá/USA), Nikoloz Lekveishvili (Georgia), Gabriela de Matos (Brasil), Pep Martin (España), Michele & Miquel (Francia), Samuli Miettinen (Finlandia), Cristián Mohaded (Argentina), Sabine Müller (Alemania), Sameep Padora (India), Dafne Saldaña Blasco de Equal Saree (España), Galia Solomonoff (Arg/USA), Sergei Tchoban (Alemania), Werner Tschol (Italia), Roman Viñoly (Argentina), Philip Yuan (China) y Cazú Zegers (Chile).

Además, la Bienal programará diversos workshops conducidos por referentes de campos vinculados a la arquitectura y el urbanismo, destinados a profesionales, alumnos universitarios y especialistas del sector. Los workshops se realizarán antes y durante la Bienal, en alianza con socios estratégicos e institucionales aliadas.

De esta forma, la experiencia del evento en Buenos Aires, completa su agenda con un programa extendido que incluirá programas y exposiciones internacionales en instituciones aliadas, como Fundación Proa, Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes, Arthaus, Centro Cultural Borges, Fundación IDA, Casa Curutchet, Smol, Fundación Santander, Fundación Larivière Fotografía Latinoamericana, Centro Cultural San Martín y MARQ.