Vivir como un duque

Una vista del hall. Cada detalle marca una distinción suprema

El Danieli de Venecia es uno de los hoteles más lujosos del mundo. A pocos metros de la Piazza San Marco, ocupa tres palacios tradicionales de la ciudad. El más antiguo de ellos data del año 1300 y funciona como albergue desde 1822.

Sus ventanas dan al Gran Canal, con las mejores vistas de todo Venecia; sus habitaciones estilo rococó brindan la sensación de ser parte de un cuento de hadas, un estado de placer rotundo mientras la mente escucha el delicado crujir de las góndolas que se menean al ritmo del mar. Alojarse en el hotel Danieli es como vivir dentro de una película, por lo que es la mejor alternativa para quien, por ejemplo, llega hasta esta ciudad para participar del Festival de Cine que año a año se realiza en el Lido, una de las islas venecianas.

La historia comienza con el capricho de un duque: Enrico Dandolo pidió, en el año 1300, que le construyeran el palacio más noble entre todos los palacios venecianos. Le dieron el gusto: el edificio, que lleva su nombre y que sigue ubicado a metros de la Piazza San Marco y frente al Gran Canal, es majestuoso. Tanto que, con el paso de los siglos, todos los reyes, cardenales y embajadores que pasaban por la ciudad de los canales movían sus influencias para que los dejaran pasar la noche en él.

Cena con vista a la basílica de San Marco y el palazzo de los Dux.
Cena con vista a la basílica de San Marco y el palazzo de los Dux.

Las cosas no fueron bien para la familia Dandolo en los años siguientes y debió ceder su capricho a Gritti, otro terrateniente, que a su vez lo transfirió a las familias Mocenigo y Bernardi. A pesar de las muchas manos, el Palazzo Dandolo no perdió su esplendor original… hasta 1797. Cuando cayó la república veneciana, el palacio fue dividido entre muchos propietarios. Una de esas partes fue tomada en 1822 por Giuseppe Dal Niel, conocido por todos como Danieli. De inmediato, fundó allí el Albergo Reale, que no tardó mucho tiempo en ser conocido por todos como, precisamente, “el Danieli”. Gracias a su éxito, Dal Niel pudo recuperar todos los fragmentos del antiguo palacio y volver a convertirlo en uno. La fama del establecimiento recorrió toda Europa. Sus habitaciones fueron ocupadas por todas las celebridades imaginables de los últimos dos siglos: desde el Rey Guillermo de Prusia hasta Charles Dickens, desde Honoré de Balzac hasta Greta Garbo, desde Marcel Proust hasta Charles Chaplin.

Con la llegada del siglo XX, se anexó el palacio Casa Nuova, que por entonces tenía unos cien años de antigüedad, y en la década del ’40, el espacio más moderno, Danieli Excelsior, completó la fisonomía actual. Este último fue remodelado por completo en 2008. Jacques García, renombrado arquitecto especializado en hoteles, combinó elementos actuales con la esencia del gótico veneciano. En 2012, el francés Pierre-Yves Rochon hizo una meticulosa restauración de la antigua habitación del duque Dandolo (hoy llamada Doge Dandolo Royal Suite), para devolverla a su estado original, como el duque la había soñado.

Las habitaciones dan al Gran Canal y tienen muebles de época en el más perfecto estado.
Las habitaciones dan al Gran Canal y tienen muebles de época en el más perfecto estado.

En pleno siglo XXI, el hotel es una invitación a viajar en el tiempo, a hospedarse en el lujo palaciego de las épocas doradas de la nobleza. Desde el lobby, con su escalera con alfombras de época, sus lámparas de cristal de Murano, sus columnas de mármol rosa y sus techos decorados con hoja de oro, hasta las habitaciones, igualmente barrocas, todo invita a activar la imaginación y sentir que uno acaba de transformarse en un duque. Quienes llegan en época de Carnaval, en general durante febrero, pueden llevar este hecho imaginario hasta el paroxismo: en esa época, la gente va por la calle vestida como nobles de siglos pasados. Los cuartos están decorados con elementos que remiten a la rica herencia de la cultura veneciana, como muebles antiguos, mármoles lujosos en los baños y telas de excelente calidad en cortinas y camas.

El Danieli nació hace siete siglos como el capricho de un duque. Hoy ofrece 255 habitaciones para que los visitantes, tengan o no sangre azul corriendo por sus venas, puedan dar rienda suelta a sus propios caprichos.

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