La nueva ganadora del premio Internacional de Arquitectura, otorgado por The Cultural Landscape Foundation (TCLF) emplea el reciclaje en sus diseños, dando vida a nuevos espacios y colaborando con el cuidado del medio ambiente.
“Por su liderazgo en el mundo de las ideas, su impacto en el panorama público, su modelo de práctica activista y su compromiso para promover la arquitectura del paisaje tanto a través de la enseñanza como del diseño”. Esos fueron los méritos por lo que Julie Bargmann, fundadora de la firma de arquitectura paisajista D.I.R.T. Studio ganó el primer premio Internacional de Arquitectura, otorgado por The Cultural Landscape Foundation (TCLF). El distinguido galardón es entregado a diseñadores que son “excepcionalmente talentosos, creativos, valientes y visionarios, con un volumen significativo de trabajo construido que ejemplifica el arte de la arquitectura paisajista”, afirmó el jurado de TCLF que la premió.
Nacida en Nueva Jersey, Estados Unidos, la carrera de Bargmann se centró en los sitios urbanos y postindustriales, casi abandonados, “como si desenterrara los ingredientes crudos del diseño de los desechos y los terrenos baldíos”, según sus propias palabras. Profesora de arquitectura del paisaje en la Universidad de Virginia en Charlottesville, VA, y fundadora del estudio D.I.R.T. (“Dump It Right There”). La diseñadora cuenta con una Licenciatura en Bellas Artes, en Escultura y una Maestría en Arquitectura del Paisaje de la Escuela de Graduados de Diseño de Harvard. A lo largo de su carrera colaboró con arquitectos e historiadores hasta ingenieros, hidrogeólogos, artistas y vecinos.
Entre sus trabajos más importantes se destacan Vintondale Reclamation Park, un sitio de 35 acres en Pensilvania, donde diseñó un sistema de filtración natural para revertir años de contaminación causados por una mina. Turtle Creek Water Works en Texas, es otro de sus trabajos: una casa de bombas histórica abandonada con grandes reservorios, que se convirtieron en un jardín residencial. Core City Park es un parque de 750 metros cuadrados que Bargmann renovó con piezas demolidas de una estación de bomberos de finales del siglo XIX.
“Julie Bargmann fue una provocadora, una practicante crítica y una intelectual pública. Ella encarna el tipo de activismo que se requiere de los arquitectos paisajistas en una era de severos desafíos ambientales y persistentes desigualdades sociales”, afirmó el Jurado del Premio Oberlander.