Razones para podar

En esta época del año, podar las arboledas ornamentales se vuelve una práctica habitual, sin tener en cuenta que cada corte afectará el crecimiento de nuestras especies. Compartimos diferentes tipos de poda, para elegir la indicada y hacerlo de la mejor forma posible.  

Cuando un árbol se adapta a su lugar, con un buen estado sanitario, puede desarrollarse y vivir sin que necesite de nuestra intervención en su naturaleza. Sin embargo, los árboles que habitan en ciudades, barrios o jardines privados, compiten con distintas instalaciones y será fundamental preparar un plan de manejo y de mantenimiento del arbolado. 

Uno de los primeros problemas es la descompensación del equilibrio de la copa, que puede producir que se afloje el árbol y pierda la estabilidad. También, que pueda quebrarse alguna rama y ocasionar accidentes.

Para formatear los árboles, o evitar accidentes, la poda es una excelente opción. Compartimos algunos ejemplos y usos:

•Poda de formación: consiste en ir “llevando” desde el vivero a la planta con una altura y diámetro determinado, para luego ser vendida.

•Poda sanitaria: es el retiro de todo material vegetal que esté muerto, muy enfermo, mal desarrollado o incluso si tiene brotes basales, las raíces ceñidas (que abrazan la base del fuste) o fructificaciones.

•Poda activadora o incentivadora de la floración y la fructificación: se realiza seleccionando las yemas, retirando los brotes de agua o chupones de los patrones, o portainjertos. Así se podrán desarrollar bien las flores y frutos.

•Podas topiarias: se practican con el fin de mantener una estructura determinada, como en ligustrinas y boj, incluso en varias especies de coníferas siguiendo estilos de jardines, como el romano, francés y español entre otros.

•Podas excepcionales: resultan de un gran impacto para el árbol, pero evitan  los riesgos de accidentes por quiebres de ramas o pérdida de estabilidad.

El desmochado no debe hacerse, salvo por fuerza mayor. Se trata del corte de rama, a la altura del tronco o en la cruz del árbol. Evitar siempre las cortadas coloradas y el descabezado, que consiste en cortar el ápice del árbol. 

Podar es cuidar

A la hora de llevar a cabo la opción de podar, el corte se realizará sobre madera dura y en el cuello de la rama. Hay que tener la precaución de realizarlo en tres etapas: la primera marcando hasta casi la mitad del diámetro de la rama, y de abajo hacia arriba (esto evita el desgajado o descortezado). La segunda será de arriba hacia abajo, que se unirá casi con el primer corte. Y, por último, el tercer corte es el que corrige perfectamente, logrando que sea limpio y sin nada de rebaba.

Recordemos que el corte siempre debe ser ligeramente biselado. Esto permitirá, un buen desarrollo de los brotes nuevos y también evitará el ingreso de humedad, especialmente del rocío. En algunas especies de madera dura no se hace un tratamiento, es decir una desinfección de las heridas. En cambio, en las especies con madera blanda, es conveniente tratarlas con fungicida-bactericida.

Época de poda

El momento oportuno de podar una especie dependerá de su variedad, radicación o cómo se presente el clima. Siempre debemos considerar hacerlo cuando el árbol tiene sus reservas altas, es decir que podrá brotar con energía en el período vegetativo.

En el caso de los latifoliados tardíamente caducos, como la Tipuana tipu (tipa blanca), el Jacaranda mimosifolia (jacarandá), el Peltophorum dubium (ibirá pita), el Handroanthus impetiginosus (lapacho rosado), corresponde podar cuando el invierno está avanzado.

Especies ideales para Nordelta

En cuanto a las especies a plantar, comprobamos que la mayoría se adaptan bien al clima y el suelo de Nordelta, incorporando durante los primeros años de vida sustratos correctores con tierra negra franca y un porcentaje de materia orgánica.

Técnico Eugenio César Bargiela. Relevamientos Botánicos y Fitosanitarios. Consultas: estudiobargielae@gmail.com

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