En estas páginas, y desde hace ya casi veinte años, cada vez que tocamos el tema de la educación insistimos en su importancia. Su fundamental incidencia para lograr una sociedad, un país y un mundo mejores. Y esto no es algo de hoy, porque siempre ha sido así. Hombres y mujeres con visión de futuro lo han puesto en práctica a lo largo de nuestra historia, en diferentes ámbitos.
En esta edición de Revista Nordelta homenajeamos a uno de esos hombres, que recientemente nos dejó. Hablamos de Luis Grossman, arquitecto y formador de generaciones de arquitectos, quien entendió desde sus inicios profesionales que debía comunicar su pasión y sus conocimientos por todos los medios posibles. Plasmó esa contribución a través de cátedras universitarias, conferencias y concursos internacionales, columnas periodísticas y libros de divulgación. Desde aquí le agradecemos por haber hecho escuela durante tantos años.
Luis hizo su aporte desde una posición tradicional, de acuerdo al tiempo que le tocó vivir. Y acá entra otro tema central que tratamos en esta edición: el de la actualización en materia de educación. Porque las formas cambian, y mucho. Tanto las de enseñar como las de aprender. El vértigo de los adelantos tecnológicos lleva a que constantemente haya que revisarlas, porque los chicos y chicas incorporan diariamente esos cambios en sus vidas, y si los métodos de enseñanza escolar no se amoldan, el interés corre el riesgo de dañarse seriamente. Eso explica el prestigioso educador Juan María Segura: “Si logramos acordar ideas originales sin dejarnos presionar por los nostálgicos y los grupos de intereses, tendremos un gran futuro por delante”, asegura en una entrevista imperdible para padres y docentes.
Con notas como esta, esperamos hacer nuestra colaboración para pensar la educación.
Juana Costantini
Directora General