Nadar en el cielo

¿Una playa caribeña? No, la terraza del Marina Bay, en Singapur.

Tres edificios de lujo en Houston, Singapur y el Tirol italiano dan cuenta de un fenómeno notable: la proyección y construcción de enormes piscinas en altura, que dan la sensación de estar flotando en el aire, suspendido sobre grandes ciudades o imponentes escenarios naturales.

En algunos producirán miedo. En otros, una adrenalina irresistible, unas ganas de estar allí imposibles de dominar. Pero seguramente nadie permanecerá indiferente ante la visión de las fotos que ilustran esta nota. No hace falta explicar por qué. ¿O sí?

Los tres edificios que aparecen en estas imágenes son la más clara muestra del atrevimiento de algunos arquitectos y de la búsqueda permanente de los inversores inmobiliarios mundiales por llamar la atención de propios y extraños.

Houston, estamos en problemas

Aquellos que sufren vértigo seguramente se sentirán en problemas al pararse sobre el piso de resina de la pileta del Houston Market Square, porque la transparencia es absoluta y la transitada calle de la ciudad texana está 150 metros más abajo…

El edificio residencial, de 40 pisos, fue diseñado por el estudio local Jackson & Ryan Architects. Incluye una gran cantidad de amenities, desde los más habituales (sauna, espacio para juegos infantiles, sala de cine, etc.) hasta otros menos comunes, como un cuarto de simulación de golf y una cancha de básquet. Pero lo que más llama la atención, sin dudas, es su “piscina de cielo”, tiene otra, más convencional, en la terraza del cuarto piso, y específicamente su balcón, que sobresale tres metros gracias a una pieza curva de plexiglás transparente de 20 centímetros de grosor, ubicada entre dos vigas voladizas de concreto. La vista hacia abajo y hacia los costados es sobrecogedora, ya que está a la altura del moderno skyline de Houston.

Una pileta única para un hotel sin par en un ambiente deslumbrante.

Entre el cielo y los Alpes

El estudio Noa, formado por profesionales alemanes que trabajan principalmente en el noreste de Italia, tuvo a su cargo la reforma integral del Hubertus, un tradicional hotel ubicado en la provincia de Bolzano, en la cadena montañosa de los Dolomitas, parte de los Alpes orientales.

La obra de ampliación y remodelación concluyó pocos meses atrás, e incluyó la construcción de 16 suites, un nuevo sector de cocina y restaurantes, gimnasio, spa y una terraza panorámica verde. Todo ello se conecta con el sector existente mediante una impactante pileta en voladizo de 25 metros de largo, cuyas dos terceras partes sobresalen de la terraza, 12 metros por encima del suelo. Es una enorme estructura de hormigón, sostenida por grandes troncos de alerce, similares a los que adornan alternadamente la fachada.

“La piscina parece una roca flotante descansando en el sitio con vistas al valle. Sus bordes ocultos, mantenidos en piedra de color antracita, eliminan la brecha con el paisaje, creando la impresión de que el agua fluye hacia la nada. La piscina recuerda metafóricamente a un lago de montaña, enclavado en el asombroso paisaje montañoso de los Dolomitas, Patrimonio Mundial de la UNESCO”, dicen sus diseñadores. Esto da al nadador la sensación de flotar entre el cielo y la tierra, lo que se refuerza especialmente en el sector que mira al valle, por el frente de cristal y una ventana traslúcida en el fondo.

Lujo oriental

El estudio encabezado por el arquitecto israelí-canadiense Moshe Safdie es el autor del complejo Marina Bay, en Singapur, cuya construcción implicó una inversión de 5,7 billones de dólares. Es un hotel de lujo, conformado por 2560 habitaciones distribuidas en tres torres, casinos, dos teatros, área comercial y salones de eventos, que totalizan 265 mil metros cuadrados.

En su parte superior, las tres torres están unidas por una terraza de casi 10 mil metros cuadrados, situada a 200 metros de altura. Allí hay jardines con 250 árboles, restaurantes, un circuito aeróbico y una pileta infinita sin igual, de 1400 metros cuadrados de superficie, sostenida por una gran viga de hormigón voladiza de 65 metros de largo. Palmeras y reposeras dan la sensación de estar en una playa del Caribe o del sudeste asiático, inclusive por la forma curvada, que recuerda a una bahía.

Una vida panorámica aérea que permite admirar la impresionante obra del Marina Bay Singapur.
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