jueves, julio 17, 2025
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“En la Argentina hay mucho arte”

Gérard Depardieu estuvo en la Argentina para presentar su espectáculo de teatro recitado en el Colón. El carismático, talentoso y experimentado actor de origen francés deslumbró al público, le dio consejos sin eufemismos a los jóvenes actores locales y brindó una conferencia de prensa en la que estuvo presente Revista Nordelta.

Talentoso, audaz, admirado por muchos y sin pelos en la lengua. Así es Gerárd Depardieu, el afamado actor que, en diciembre, visitó por segunda vez la Argentina. En esta ocasión, su presencia no solo se destacó por la memorable actuación que realizó en el Teatro Colón, o por la Master Class ofrecida de forma gratuita a jóvenes actores en la Usina del Arte, sino también por el encuentro que previamente tuvo con la prensa. Un momento intenso donde no se guardó nada y sus declaraciones dieron que hablar.

Gérard Xavier Marcel Depardieu nació en Chateauroux, Francia, el 27 de diciembre de 1948, en el seno de una familia numerosa de escasos recursos económicos. Fue el tercero de seis hijos, de un padre obrero metalúrgico, y su infancia no fue muy agraciada. A los 12 años abandonó la escuela y hasta cumplió condena por pequeños robos en una institución correccional.

Su encuentro con la actuación llegó de forma inesperada, y casi salvadora, gracias a un amigo que estudiaba en el Theatre Nationale Populaire (TNP) parisino, donde le ofrecieron cursar sin pagar matricula. A finales de los años 60´ participó en cortos y películas para televisión, y ya en 1970 debutó en el cine con el largometraje “Le cri du cormoran, le soir au-dessus des jonques”, una comedia de Michel Audiard. A partir de allí no paró de actuar en teatro y cine, incluso bajo las órdenes de renombrados y clásicos directores europeos, como François Truffaut, Jean-Luc Godard, Alain Resnais y Bernardo Bertolucci, pero también con los contemporáneos de Hollywood, como Ang Lee, Ridley Scott o Kenneth Branagh. En 2013, luego de un reclamo del fisco de Francia, adoptó la ciudadanía rusa.

Hoy es el actor de origen francés más reconocido y valorado por la industria cinematográfica y, con más de 180 películas en su haber, Gérard recomienda a los jóvenes actores tener cultura. “Eso se adquiere leyendo, no se logra al estar con el celular en la mano, o navegando por Internet, un recurso para idiotas”, afirma.

Por otro lado, el actor sostiene que para él “ya no existen los buenos actores, o hay cada vez menos, aunque en la Argentina conocí, y trabajé, con destacados actores locales y muy jóvenes. Lástima que el público no los llega a conocer”. El encuentro al que hacía mención fue durante la filmación de “Sólo se vive una vez”, el film de Federico Cueva que rodó meses antes en Buenos Aires, junto a los actores argentinos Peter Lanzani y María Eugenia “China” Suárez. “¿No podría hacer la televisión algo más inteligente para apoyar a esta gente? La tele no arriesga”, criticó.

La TV actual y el teatro

“La televisión argentina es pornografía” despotricó Gerárd Depardieu hace unos meses, y la frase suscitó controversias. Sin embargo, en diciembre se encargó de ampliar el tema. “Si digo que la televisión es pornográfica, no es solamente en la Argentina. Empezó en Estados Unidos, con su presidente Donald Trump, creador de reality shows. ¿Pero qué hay de glamour en la TV de realities?¿Eso es inteligente? ¿Dónde se ve el arte ahí? Quédense tranquilos que la TV pornográfica no es patrimonio de la Argentina”, sentenció. Asimismo, agregó que “en la Argentina hay mucho arte, tienen mucho más que a Maradona. Pero solo vemos realities shows y futbolistas corrompidos que ganan mucha plata, e imbéciles que siguen alentándolos”.

Con respecto a su espectáculo, Depardieu detalló que al principio fue pensado como una lectura de la obra, tradicional del teatro francés. “Pero no haré como Al Pacino, quien vino y solo dio una master class. Lo que propongo es una reinterpretación de la obra, una construcción o relectura propia sobre los textos elegidos”, aclaró.

Durante el exquisito espectáculo que presentó en el Teatro Colón, el actor galo interpretó “El monólogo de la nariz” y el de “La Muerte”, de la obra Cyrano de Bergerac, de Edmond Rostand; Ruy Blas, el drama de Victor Hugo, y el Carnaval de los Animales, de Camile Saint-Saëns, junto a los pianistas David Fray y Emmanuel Christien, más un octeto de talentosos músicos argentinos. El final fue con el recitado en francés del poema “Insomnio”, de Jorge Luis Borges. El público, encantado con su talento, no sólo lo ovacionó, sino que lo aplaudió de pie. “El Colón me abrió las puertas y la posibilidad, a los 68 años, de hacer algo distinto en mi carrera. Y pensando en que las propuestas cinematográficas escasean, viajar por el mundo con este espectáculo me entusiasma”, comentó.

A pesar de su indiscutida maestría, su espectáculo no siempre obtuvo buenos comentarios de la prensa especializada, y sobre eso también habló el actor. “A mí no me molestan los críticos, porque ya estoy acostumbrado. Me gustan, pero para mí son como actores frustrados”, sentenció.

Seguro de sí mismo, carismático e indiscutible, Gerárd Depardieu afirmó que conoce muy bien su profesión. “Sé como escuchar y cómo actuar. Yo aprendí la palabra leyendo, especialmente libros de religión e historia, disciplina que hoy me interesa más que el cine. Me volví actor así, solo, por la lectura”.

“Vale la pena explorar el mundo de la cocktelería”

Inés De Los Santos, la bartender más importante de la Argentina, afirma que todos podemos preparar un rico trago y comparte tres ejemplos, con el clásico Gin & Tonic como protagonista.

“La cocktelería es como una orquesta: elementos fusionados en armonía generan una obra de arte”, afirma Inés De Los Santos, “creadora de tragos ricos y bien servidos”, según su propia definición. Es la bartender más importante de la Argentina, testigo y protagonista del movimiento que generó una nueva y creciente etapa en la profesionalización de las barras en Buenos Aires.

Nacida hace casi 40 años, Inés comenzó su carrera en 1994 cuando, casi sin pensarlo, comenzó a trabajar de camarera, coqueteando con la gastronomía, hasta que descubrió su verdadera pasión.

— ¿Por qué elegiste la profesión de bartender?

— Siempre me gustó la gastronomía y, buscando donde desarrollarme, encontré la cocktelería. Al descubrirla, me enamoré. No era una profesión muy conocida, pero yo estaba segura de que quería dedicarme a esto.

​— ¿​Cómo llegaste a convertirte en la referente de la cocktelería nacional?

— Creo que me tocó estar en el lugar y en el momento adecuado y, claro está, también con mucho trabajo.

Inés no duda en compartir su saber y, así lo refleja en sus dos libros publicados: “Barras | Bares de Buenos Aires”, un verdadero mapa del buen beber porteño, indispensable para todo aquel que busca convertir la salida de copas en algo más que un paseo; y “Tragos”, un abecé y guía básica de la cocktelería, para que todos se animen y aprendan a hacer sus propios tragos. Además, dictó durante cuatro años los cursos de cocktelería en el renombrado y mítico Gran Bar Danzón, también las clases de bebidas espirituosas en la Escuela Argentina de Sommeliers y el Taller Creativo para Bartenders profesionales, en el Centro Argentino de Vinos y Espirituosas (CAVE).

— A la hora de preparar un buen cocktail, para disfrutar entre amigos, ¿qué detalles debemos tener en cuenta?

— Es importante usar buenas materias primas, como bebidas de calidad y frutas de estación, y además tratar de ir mejorando las herramientas.

— ¿Qué bebidas no deben faltar en nuestro hogar para preparar un rico trago?

— Los indispensables son gin, vermut, bitters y whisky.

La barra móvil

Además de asesorar en el armado de sus cartas de tragos a bares, restaurantes y hoteles nacionales e internacionales, Inés es referente de la nueva generación de cantineros, que no se quedó detrás de la barra y llevó la cocktelería a nuevos espacios, más allá del bar. Eso también incluye columnas en revistas especializadas y participaciones en televisión, tanto en el canal Utilísima, como en Telefé, donde integró el jurado de El Gran Bartender, el programa emitido hace dos años que premió al mejor cantinero con un tour por los bares más exclusivos de Londres y un premio de 100 mil pesos en efectivo.

Actualmente, Inés dirige Julep, su propio servicio de catering de bebidas de alta calidad, que ofrece un servicio personalizado de barras para eventos sociales y corporativos, ya posicionado como uno de los mejores del país. “Apreciar un cocktail bien servido y disfrutar del placer del brindis forman parte de la visión de Julep. Cada servicio -y su carta de tragos- se planifican de acuerdo a la ocasión, locación y cantidad de invitados. La idea es lograr que cada propuesta sea única y memorable, con productos nobles, frescos y de calidad”, afirma la bartender.

— ¿​Qu​é​ tipo de tragos, o cocktails, prefieren los argentinos?

— Tenemos un paladar acostumbrado al aperitivo, el vermut o los bitters, pero también somos bastante abiertos a probar las novedades. Hoy, la nueva tendencia en la cocktelería argentina son los tragos pre-elaborados.

​​— ¿​Qu​é​ trago o cocktail no podemos dejar de probar?

— Un Old Fashioned. Sin embargo, siempre existen nuevas formas de preparación de un trago que aún no se conocen, y es importante que el consumidor lo sepa. Creo que vale la pena explorar el mundo de la cocktelería para incorporar más herramientas y así disfrutar de la mejor manera la cultura de los tragos.

El Bar En Casa

En vacaciones, con amigos o en eventos familiares especiales. Siempre es un buen momento para agasajarse con un buen trago. Por eso, Inés De Los Santos comparte tres tragos donde el Gin & Tonic es el protagonista. Un easymix por excelencia, ya que para elaborarlo basta con tener agua tónica y gin, además de algún otro ingrediente para completarlo: un mix de frutas como lima o pomelo, o bien hierbas como la menta, entre tantas otras alternativas.

El Tom Collins mezcla gin, almíbar y jugo de limón.
El Tom Collins mezcla gin, almíbar y jugo de limón.

Por otro lado, a más de 500 años de su creación, el ponche vuelve a ser tendencia. Precursor histórico de los cocktailes, retorna con toda la fuerza y múltiples versiones. En la sugerencia de Inés, el trago tomó forma de clericó, con diversos ingredientes. “Crear estas variaciones de gin fue muy interesante, porque en cada caso encontré combinaciones ideales para tomar en verano, sin perder la esencia de esta bebida”, comentó.

Loop será un espacio para aprender en comunidad

Fernando Hortal, más conocido como Bahiano, abrirá en abril una nueva escuela de música y arte en Escobar. La clave, dice, estará en el método de aprendizaje, que priorizará la interacción permanente entre profesores y alumnos. Mientras sigue sacando discos como solista, deja la puerta abierta para una eventual vuelta de la formación original de Los Pericos.

“Desde hacía mucho tiempo venía pensando en generar un espacio en el que pudiéramos crear comunidad desde lo artístico”, dice Fernando Hortal, como se presenta a sí mismo. A muchos ese nombre no les dice nada, pero sí lo dice su apodo, como se lo conoce desde que comenzó su carrera artística como cantante, hace ya tres décadas. Bahiano, ex líder de Los Pericos, vive en Escobar desde hace diez años y a partir de abril encabezará Loop, una nueva escuela de música y arte que funcionará en las instalaciones del colegio Del Faro.

— Crear comunidad desde lo artístico, ¿cómo sería eso?

— Pienso en una escuela de música y arte que se aleje de los métodos tradicionales, en los que el alumno llega, se encuentra con el profesor, éste le enseña una hora y listo. Loop será un espacio de arte que busca que el alumno esté en contacto con el profesor y con sus pares, que haya interacción permanente. Creo que a partir de eso se genera un proceso de descubrimiento, que es lo que buscaremos con Loop.

— ¿Está relacionado con lo motivacional?

— Creo que cuando estás con pares en una situación así, y ves que tu compañero mejora, vos querés mejorar también, tocar lo que toca el otro. Pienso que es una especie de motivación constante el hecho de estar aprendiendo en comunidad. Me acuerdo cuando en el colegio tu compañero tuneaba su carpeta, uno también tuneaba la suya. De alguna forma, espero que en Loop suceda eso.

Además de su carrera como cantante, en los últimos años Bahiano ha incursionado en la conducción de programas televisivos.

Bahiano es padre de Candela (tiene 20 años y vive en Israel), Tadeo (14) y Santino (9), y de alguna forma, la paternidad tuvo incidencia en la idea iniciática de crear Loop: darles a sus hijos y a esa generación la posibilidad de relacionarse con las artes desde un lugar de comunidad. Pero también influyeron otros factores.

— ¿Cómo nació esta idea?

— Vivo en la zona de Escobar desde hace diez años, y hasta fui Secretario de Cultura. Después de haber vivido tantas experiencias como músico, de haber viajado por todo el mundo con MP3 –un programa de TV que él conducía –y de haber trabajado en un programa de TV en contacto con chicos y adolescentes –Una Tarde Cualquiera-, creo que la idea se fue gestando sola en mi cabeza. Sería como lograr que trasciendan todas esas experiencias vividas.

— ¿Cuándo empezaste a estudiar música y cómo era ese proceso de aprendizaje?

— Empecé con un palo de escoba, cantando frente a un espejo –se ríe –. Bueno, empecé en el colegio. Primero toqué flauta dulce, después melódica, después guitarra… No sé, fue un proceso natural en mí.

En esa instancia, la entrevista navegó por recuerdos de aquellos años en los que escuchaba a Los Beatles, después a Led Zeppelin y, finalmente, Kaya, el disco que Bob Marley sacó en 1978 con su banda The Wailers. “Eso me partió la cabeza y, claro, me abrió la puerta al mundo del reggae”, reflexiona.

— ¿Cómo es tu actualidad musical?

— Estoy cumpliendo 30 años con la música. Tengo ya cuatro discos como solista, el último y más reciente es Celebremos. Y sigo en el escenario, un fuego que sigue intacto. El 25 de abril arranco una gira por Estados Unidos, que empieza en Denver y sigue por San Francisco, Los Ángeles, Seattle y demás… Y lo hacemos a la vieja escuela, por la ruta en una combi. Es algo adrenalínico y te pone rock.

— ¿La gira sigue por Argentina?

— Sí, claro. En marzo estaremos en Mendoza, Santa Cruz, Bahía Blanca y alguna más, y cuando vuelva de la gira de Estados Unidos aparecerán las fechas de invierno. Pero hablando de mi actualidad, además de los escenarios, estoy a pleno con la escuela.

— ¿Hay posibilidades de que Pericos vuelva a juntarse en su formación original?

— Se ríe –. Es una pregunta que me hacen muchos. Mirá, tocamos 18 años juntos, y la separación creo que se debió a un desgaste natural. Nada tuvo que ver mi carrera como solista, porque nosotros nos separamos en 2004 y yo empecé como solista al año siguiente. Y el hecho de que yo empiece a grabar fue, en gran parte, culpa de Afo Verde, que en su momento me dijo: “Negro, vos tenés que seguir grabando”. A partir de ahí, él produce mi primer disco, que es BH+, que lo grabamos en los estudios de Gilberto Gil, en Río de Janeiro. Yo entré a Pericos en el año ‘87 y la banda estaba conformada desde 1985. Como te decía, pasó mucho tiempo. Hoy en día, en mi camino hay otras cosas: mis discos, ahora Loop. Esos son mis faros. Ahora, lo que venga más adelante, si es que se da, se evaluará. No depende de una decisión personal, depende de que haya onda para subirse a un escenario. No es matemático. No surgió en 12 años, y no sé si surgirá. Eso. Creo que la respuesta sería que hoy estoy en otro plan. Pero nunca se sabe…

“Gaturro es mi hijo y me gusta verlo crecer”

Como su creación más famosa, Nik no para de crecer profesionalmente. En esta entrevista repasa sus primeros años, asegura que le encanta hacer productos para los chicos y revela cómo llegaron Gaturro y Ágatha a Bahía Grande.

Con una carpeta bajo el brazo, el joven Cristian Dzwonik escapaba del histórico Colegio Nacional Buenos Aires, su secundario, en pleno centro porteño. Su objetivo era presentar sus dibujos e historietas a los diarios, revistas y editoriales de la zona, y así lo hizo una y otra vez, hasta que -quizás por su persistencia, además de su talento- por fin lo publicaron.

“Dibujo desde que tengo uso de razón, desde que pude agarrar un lápiz, y tuve papel y marcadores cerca”, recuerda hoy Nik, o “el padre de Gaturro” como también le gusta llamarse, ya consagrado historietista y dibujante.

A los 12 años se anotó en la Escuela de Dibujo de Carlos Garaycochea, donde descubrió un mundo nuevo y comenzó a relacionarse con otros dibujantes. Con los años, casi sin darse cuenta y de forma amateur, comenzó a publicar cada vez más. “En ese tiempo no existía Internet, ni se pintaba en la computadora, así que utilizaba acuarelas, pinceles, témperas y anilinas para darle color a mis dibujos. Recuerdo con mucho cariño esa época, porque fue cuando me formé para hacer todo lo que hago hoy. Mi profesión es muy autodidacta, no hay una universidad que te dé un título, hay que hacerse solo”, comenta Nik.   

— ¿Cómo fueron tus primeros personajes?

— Al principio tenía muchos personajes, ninguno en especial, pero una de mis primeras historietas publicadas fue “El Crucero de Noé”, un gran crucero de lujo donde cada animal representaba a una clase política o social. Ahí también estaba el pobre gato, muy parecido al actual Gaturro, aunque todavía no tenía nombre. Siempre me gustó dibujar y caricaturizar animales.

— ¿Qué pensaba tu familia de tu profesión?

— Los asustaba un poco… ¡y con razón! Mis amigos del colegio también me cargaban, me decían que iba a ir a pedirles plata, ya que todos ellos después fueron profesionales. Yo también estudié en la Universidad de Buenos Aires, primero Diseño Gráfico y luego Publicidad, pero no ejercí porque ya trabajaba como historietista. Incluso, también mi mamá me insistía en que estudiara arquitectura… No lo hice, pero me encanta. Tengo muchos libros de arquitectos, observo las tendencias y cuando voy a Nordelta miro mucho el diseño de las calles, de los barrios, y cómo fueron pensados.

Nik asegura que su personaje más famoso tiene algunos rasgos de su propia personalidad.

La planificación y organización de Nordelta es uno de los temas en los que Nik se demuestra realmente interesado. “Actualmente tenemos grandes problemas con las mega ciudades, donde todo parece medio caótico. En cambio, en las afueras, todavía se puede planificar un poco mejor, y Nordelta es un buen ejemplo: hay barrios, colegios, centros de salud, centros comerciales, y a todos los ubicás como si tuvieras el mapa en la cabeza”, comenta.

— Sos un asiduo visitante de Nordelta ¿por qué te gusta tanto?

— Porque fue pionera en concebir una ciudad pueblo, con barrios integrados y calles en común. Me gusta que los colegios quedan todos cerca, porque eso forma comunidad. Incluso sus espejos de agua tienen una silueta muy reconocible: los ves en Google Maps, o desde el avión, y ya sabés que son los lagos de Nordelta. También fui muchas veces a su centro comercial, a firmar ejemplares de mis libros y a conectarme con los chicos. Todo tiene identidad propia, y yo como diseñador gráfico y creador de íconos populares, siempre resalto aquellas comunidades que lograron identidad, como Nordelta.

— ¿Tenés amigos en Nordelta?

— Sí, conozco a muchos papás amigos que trabajan en el centro pero viven en Nordelta, así que los fines de semana voy a visitarlos. Lo que más me asombra es ese sentimiento de comunidad que existe. Todos se conocen entre sí, por los chicos o porque se encuentran en algún centro comercial. En cambio en la ciudad de Buenos Aires, muchas veces no te conocés ni siquiera con tu vecino, por eso esta situación de espacio común me encanta.

— Ágatha y Gaturro, dos de tus personajes más importantes, se destacan en el arco de Bahía Grande, ¿cómo surgió esa posibilidad?

— Vengo tanto a Nordelta que terminé conociendo a mucha gente, con la que me fui conectando y también escuchando sus necesidades. Y justo estaba este arco, una estructura de hormigón que ya existía pero no le encontraban un uso, así que lo ploteamos con Gaturro, un ícono entre los chicos, pero también muy querido por toda la comunidad nordelteña. Ahora estamos pensando en hacer unas minis esculturas sobre la bahía, donde los chicos puedan sentarse al lado y sacarse fotos. También un juego con un Gaturro gigante, en forma de tobogán, que se pueda integrar con el paisaje y forme un recorrido para toda la familia, los fines de semana.

— Gaturro nació en la contratapa de un diario. ¿Cómo pasó de ser un personaje que hacía chistes sobre la actualidad a ser elegido por los niños? ¿Qué los atrajo de él?

— El humor de actualidad es sólo una parte de mi trabajo. Yo comencé trabajando en los diarios y allí te invaden las noticias. Sin embargo, mi actividad siempre se relacionó con los chicos y con la familia; además, de joven ilustraba manuales escolares, porque me encantaban los libros, su diseño e ilustraciones. Incluso, el producto más importante que hoy tiene Gaturro son sus libros, los chicos los coleccionan, ya tiene ocho colecciones con más de 150 libros. Y todo esto se da por mi pasión por los libros, junto a los padres que también lo apoyan porque Gaturro fomenta la lectura, con textos amigables, sin abrumar a los chicos.

— ¿Reflejás parte de tu personalidad en Gaturro?

— En todos los personajes siempre vas a ver un pedacito de la personalidad de sus creadores. Inconscientemente tiene algo de mí: es un antihéroe, todo le sale mal pero no se rinde, es amoroso y también tiene algo de diablito. Pero los personajes van tomando vida propia, como los hijos. Te dan muchas alegrías, otras veces te traen problemas, se hacen independientes y un día se van de la casa. Yo tengo dos hijas mujeres, Mía y Ema, y ellas dicen que Gaturro es su hermanito, porque así lo consideramos: un integrante más de la familia, y me gusta verlo crecer.

Ornamentos que revalorizan los ambientes

Marisa García Nosiglia es decoradora y se ha especializado en ambientación de casas para eventos sociales y agasajos. Hace ella misma ornamentos de diferente tipo, con materiales únicos y seleccionados. Una propuesta especial para quienes valoran el trabajo artesanal.

Marisa García Noziglia es decoradora de la Universidad Belgrano y tiene más de treinta años de trayectoria. “Al principio, me especialicé en Plantas del Interior en la UBA, tuve un vivero y me dediqué a eso. Después estudié técnicas y materiales utilizados para decoración en Sherwin Williams University. Analizamos el color de manera muy profunda, así como las herramientas para poder hacer colores. También hice estudios con todo lo que tiene que ver con construcción en seco y obras. Y, a su vez, cursé Protocolo y  Ceremonial”.

Hoy, Marisa se encuentra próxima a abrir un estudio en Puerto Madero referido a ornamentación para eventos sociales, reuniones y agasajos. Apasionada por los colores, los detalles y su trabajo, cuenta: “Hace cuatro años que estoy en la etapa investigativa, porque esto es algo personal y quería saber qué posibilidades tiene cada material. Son trabajos bastante artísticos, los ornamentos dan un punto focal importante y son también arte. Hay distintos tipos de ornamentos, simples y compuestos: el simple consta de un detalle y los compuestos de varios. Siempre hay presencia de flores y luego se encadenan elementos como borlas artesanales de seda, cordones, piedras, galones y varios materiales más. No son materiales que se compran, son ensamblados y creativos, combinados y superpuestos para lograr una pieza. Son trabajos que llevan horas, días y meses”.

Sin hacer una sola pausa, y con un entusiasmo propio de quien hace algo que ama, la decoradora detalla: “También hay ornamentos como elementos decorativos pensados para las casas o para acompañar, por ejemplo, premios deportivos. Hay ornamentos específicos, para escaleras, puertas o chimeneas, o para exteriores”.

Herencia de sangre

Todo tiene una historia y un por qué: los ornamentos no llegaron a la vida de Marisa de casualidad. “Es difícil que la gente haga este tipo de trabajo sin tenerlo en su ADN, porque esto no existe. Para mí las raíces son importantes, mi bisabuelo vino al país en la segunda mitad del siglo XIX y tenía una firma importante. Su nombre era Francisco Noziglia y tenía dos tiendas, una sobre la avenida Santa Fe. Él importaba seda de Gran Bretraña de Carickards Ltd. y yo justamente uso esos elementos hoy”. Emocionada, agrega que muchos vestidos importantes de esa época estaban hechos con hilos de la tienda de su bisabuelo.

Los ornamentos, creados por Marisa, se ajustan a la decoración de recepciones y agasajos residenciales, y explica enfáticamente que, en cambio, no se ajustan a salones. “Nuestra decoración es ornamental, no hacemos ambientación para eventos, esto es muy distinto”. La línea de ornamentos sociales se ajusta al estilo francés y al clásico con los ornamentos compuestos. Para las casas de estilo moderno se ajustan los ornamentos simples, que son de gran belleza y funcionan con líneas rectas o minimalistas. “Aunque también pueden alternarse, en una casa moderna puede haber un ornamento compuesto”, explica la decoradora.

Los ornamentos se hacen de manera personalizada: “Busco materiales que no están a la venta en el mercado, muchos son importados y otros los fabrico yo. Por muchos años, acopié materiales no realizados en serie y otros que ya no se fabrican.  Siempre quise hacer algo realmente original. Trabajo de manera personal con cada proyecto”.

Cualquiera tuvo la experiencia de tener un cuadro o una vasija o algún elemento de decoración, y, por eso, sabe qué se siente, pero “esta experiencia sensorial es nueva” dice Marisa. “Embellece mucho el lugar. La riqueza de los materiales y la combinación con hilos, cristales, cintas de terciopelo y demás elementos transmiten mucha energía, que tienen que ver con la belleza. Seguramente alguien que valore la perfección y los detalles seguramente gustará de tener un ornamento. La hermosura que aporta da felicidad, llena los espacios y las flores transmiten alegría”, dice, enamorada de su trabajo. “Conecta con técnicas antiguas y produce una emoción que tiene que ver  con la historia que uno percibe que hay en ellos. Así como una pieza barroca transmite algo y una pieza china transmite algo distinto, los ornamentos tienen una fuerza particular y especial. Está quien valora lo que se hace como arte y quien valora lo que se hace en una fábrica como decoración. Todo lo que es a mano es donde me asiento y lo que quiero mostrar, valoro muchísimo lo que es hecho a mano, es distinto y mucho más rico. No creo en las piezas de museo, yo las valoro, revalorizo esto”.

Especializada en el desarrollo de colores, le consultamos por sus colores preferidos y, enseguida, nos comentó que se identifica con el azul royal, el azul cobalto, el celadon, los tonos púrpura, los rosas antiguos, el bordó, y que el dorado es su leitmotiv para todos los detalles.

Donde todo fluye

Plantas libres, solados unificados, materiales naturales, mucha presencia de agua en circulación y un equipamiento básico, que centra la atención en la arquitectura y el diseño. Todos estos factores contribuyen a que en esta casa del barrio El Golf de Nordelta reinen la fluidez y la continuidad, “sin bloqueos de energía”, una de las premisas solicitadas por su propietaria.

Buscamos hacer algo personalizado y que responda al cliente. Si bien tenemos nuestros criterios, el cliente es el que decide. Los proyectos residenciales los enfocamos para dar respuesta a las necesidades específicas de cada comitente”, explica el arquitecto Fernando Cosentino sobre las premisas que guía su trabajo en Estudio C, que encabeza junto a su hijo Gastón. El año pasado, uno de sus proyectos fue una notable obra en el barrio El Golf de Nordelta: “Nuestro comitente fue Lucía Otero, maestra internacional de Ashtanga y sistema Iyengar en el centro Masyoga. Juntos elaboramos pautas de diseño y distribución de espacios para la creación de la vivienda. Para encarar este proyecto fue fundamental dar espacio y carácter a una vivienda diseñada con principios derivados de la práctica Yoga. Al principio, una de las pautas era la libertad de flujo de energía en las circulaciones. Por eso, hicimos que todos los espacios estén interconectados y evitamos bloqueos de energía. El trabajo, en este caso, partió claramente de las convicciones del comitente. El agua representó otro tema fundamental, era imprescindible resolver cómo iba a ser el recorrido de ella, desde el ingreso hasta su salida”.

Otro de los recursos importantes fue el diseño de las aberturas y eligieron marcos imperceptibles, con el objetivo de dar continuidad visual, siempre persiguiendo la fluidez de los espacios. Esto se logró también con el uso de plantas libres, la eliminación de dinteles y la unificación de solados y materiales naturales (piedra travertino rústica, madera, metal). Los ambientes se articularon entre espejos de agua y el equipamiento fue neutro y básico, para centrar la atención sobre la arquitectura. La escalera se propuso como elemento escultórico y las terrazas se fundieron con el interior y presentaron un continuo con las zonas de agua. Se incorporó tecnología domótica para dar confort, control lumínico y acústico. La estructura del edificio y la terraza se pensaron para recibir un helipuerto en planta alta, en tanto que la planta baja se pensó para proveer energía a automóviles eléctricos.

Casa del barrio El Golf de Nordelta

Una mirada sensible y responsable

Estudio C trabaja también en proyectos de arquitectura comercial: crea, elabora y diseña la imagen corporativa y arquitectónica de empresas. Realiza proyectos, dirección y ejecución de las obras. Es un proceso dinámico y de cambio que lleva adelante en forma paralela al crecimiento, necesidades y desafíos que se les presentan a cada comitente en cada caso particular.

Sobre la arquitectura de hoy, los Cosentino afirman que “las principales pautas para diseñar en estos tiempos se pueden resumir en la aplicación de los postulados de arquitectura moderna con un agregado de una mirada sensible y responsable en relación con el medio ambiente y la sustentabilidad”.

A su vez, padre e hijo relataron cómo es la experiencia de trabajar juntos: “En cada proyecto trazamos un plan común y luego asignamos tareas, asunto para nada difícil ya que tenemos intereses y perfiles diferenciados y complementarios”, aseguró Fernando. Y Gastón explicó: “Mi padre fue docente de historia de la arquitectura y diseño, mientras mi formación académica se orienta a las inversiones y a la sustentabilidad”.

Casa del barrio El Golf de Nordelta

Sobre los próximos proyectos, padre e hijo detallaron: “Para 2017/2018 tenemos proyectos de inversión en vivienda unifamiliar en Zona Norte (Nordelta y Sofitel Cardales) para inversionistas particulares, con excelente expectativa de beneficios. También este año llevamos adelante la renovación de imagen corporativa de la empresa textil Magdalena Espósito, un cliente histórico del estudio que nos confió la renovación de su imagen de arquitectura en el lanzamiento de nuevos locales y línea de productos. Nuestro objetivo para el futuro cercano es continuar los proyectos de inversión en Argentina y Uruguay”.

Puertos marca tendencia

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La Ciudadpueblo de Escobar acaba de inaugurar el wakepark más extenso del país. Se trata de un espacio sobre su lago central, dotado de un cable de 238 metros de largo y cinco módulos para que principiantes y expertos puedan disfrutar de la adrenalina del wakeboard.

Seguramente muchos adolescentes, jóvenes y no tan jóvenes se entusiasman mientras ven videos en Youtube y sueñan con hacer piruetas en el agua. Pero la mayoría de las veces esos deseos quedan sólo en eso, porque la logística para hacerlos realidad no es fácil: hay que hacer un curso, conseguir una lancha y disponer de tiempo para meterse todo un día en el Delta. Para todos esos que sueñan con experimentar la sensación de libertad que proporciona el wakeboard, ahora existe otra posibilidad, mucho más accesible, y los vecinos de Puertos la tienen al alcance de su mano. Otro elemento que confirma el liderazgo de las ciudadespueblo (tanto Puertos como Nordelta) en materia de deportes en contacto directo con la naturaleza.

Los parques para hacer wakeboard son una novedad, y en Buenos Aires son tan pocos que se los cuenta con los dedos de una mano. Se trata de lagunas artificiales en las que se monta un sistema de torres, poleas y cables de acero que traccionan al deportista y, por medio de un manillar y sin lancha, le permiten practicar wakeboard. En algunos casos hasta es posible hacer acrobacias con obstáculos. Esta novedad acaba de desembarcar en Puertos de la mano de Green Parrot, una empresa dedicada al desarrollo de deportes extremos con tabla. De hecho, no sólo habrá wakeboard en el club náutico, sino que además se puede practicar kayak, windsurf y stand up paddle, todo con equipos nuevos.

La secuencia completa del inicio de un salto en el flamante wakepark.

Para todos

“Fomentamos la práctica de deportes extremos de tabla a través de nuestra comunidad y el sentido de pertenencia a la misma –explican desde Green Parrot –. Vivimos y compartimos la felicidad de pertenecer a este estilo de vida junto a nuestros clientes”. Mientras tanto, la apertura del wakepark era todo un éxito de convocatoria: algunos que jamás se habían subido a una tabla, se acercaban a probar de la mano de los instructores. “Cuando la soga empiece a estirarse, te agarrás bien del manillar y esperás a que se tense. Ahí nomás te va a empezar a tirar, pero tranquilo, que el tirón es suave”, le decía uno de los intructores a un novato.

Pero, claro, también era muy entretenido ver a los más pro, haciendo saltos y piruetas entre los cinco módulos del parque. Hay barandas (handrails), rampas (kickers) y hasta un doble handrail con wallride. Todo eso a lo largo de los 238 metros que tiene el sistema, una longitud que lo convierte en el más extenso del país.

Durante la apertura, era curioso ver juntos en el muelle tanto a principiantes  como a profesionales del wake, como Martín Cánepa (Campeón Argentino en Wakeskate y Campeón Panamericano en Lancha) y Ramiro Gallart (Bicampeón Argentino de Kitesurf). La fiesta, con foodtrucks y DJ sets, se extendió hasta que se puso el sol, y los más fanáticos se fueron preguntando a qué hora podrían volver al día siguiente.

Más información

Las clases son de martes a domingo de 12.00 a 20.00, pero con reserva previa. Podés escribir a nautica@puertos.com.ar

El wakepark cuenta con un sistema de cables de 238 metros de largo y cinco módulos para hacer saltos, tanto para iniciados como para los más exigentes.

También se dictan clases y se alquilan equipo de kayak, wind surf y stand up paddle (SUP).

“En la montaña me conocí desde otro lugar”

Facundo Arana se alejó por completo del estereotipo del galán de TV. Hace seis meses, después de que casi pierde la vida en su primer intento cuatro años atrás, consiguió llegar a la cumbre del Everest, el monte más alto del mundo. Aquí cuenta su historia.

La vida de Facundo Arana tiene todos los condimentos para ser llevada a la televisión; podría ser un unitario semanal y, seguramente, tendría una altísima carga de intensidad. Facundo es piloto de avión, buzo con brevet, tiene un blog en el que escribe cuentos, le gusta andar en moto, hace surf, participa activamente en campañas de concientización sobre la donación de sangre, dibuja, hace música, es actor, tiene una hija de ocho años y mellizos de siete junto a su esposa, María Susini. Su espíritu de aventura, de exploración, de conocer, de viajar, lo llevó también a convertirse en montañista. Hoy, a seis meses de haber hecho cumbre en el Everest, la montaña más alta del planeta con 8.848 metros, relató cómo esa experiencia lo volvió a transformar. 

— ¿Cómo nació tu relación con la montaña?

— En 2003 me fui a recorrer la Argentina. Había trabajado diez años sin parar, sin sábados, sin domingos. Estudiaba teatro desde el ‘87, y se me abrió una puerta en la televisión. Agarré ese trabajo y empecé a pasar de un programa a otro, como si fueran lianas, y a veces hasta agarraba dos lianas al mismo tiempo. En 2003, después de diez años de eso, paré. Recién terminaba 099 Central y, cuando me pasaron la siguiente liana, dije: “Paro. Necesito frenar”. Por impulso, me compré una casa rodante, un mapa de la Argentina y me fui por la ruta 9 y no paré hasta La Quiaca; desde ahí, bajé por la 40. Estuve seis meses viajando, pero nunca supe bien porqué me iba, ni a dónde; creo que podría no haber vuelto nunca más, porque estaba buenísimo. Iba por la 9 o por la 40, pero metiéndome por todos lados. Así terminé en Pampa del Leoncito –San Juan –, donde está el observatorio; ahí pasé dos semanas, al lado de una escuela rural que la atendía una señora que se llama Nancy; ella buscaba a los chicos de Barreal y los llevaba para darles clases. El tema es que, desde ahí, bajé hasta Uspallata y vi el Aconcagua. Quedé extasiado y lo quise escalar. Por eso pregunté por una persona que supiera sobre montañismo y me presentaron al Indio Pizzaro. Le dije que quería escalarlo, me preguntó por mi experiencia en montaña y le dije: “Lo que tengo puesto”. Me respondió: “Subí el cerro Sarnoso mañana, y si venís con la cumbre, nos vamos al Aconcagua”. Lo hice en ocho horas, bajé todo ampollado… Hablé con el Indio y, al día siguiente, nos fuimos al Aconcagua.

— Entonces, ¿el Aconcagua, la montaña más alta de América, fue tu primera experiencia?

— Sí, y me encantó.

— Pero no debe haber sido fácil… ¿cómo lo viviste?

— No, claro. Fue sufrido, pero me fascinó. Tanto que a partir de ahí subí muchas otras, porque cuando te gusta algo, empezás a buscar de qué se trata. Así fue que llegué a querer subir el Everest. Terminé yendo en 2012 a colocar la bandera de “Donar sangre salva vidas” en lo más alto del mundo…

Hace un silencio breve. Pone sus ojos en el mate que tiene entre sus manos y, mirándome fijo, me dice: “Me dio edema cerebro-pulmonar”. Traducido al criollo, estuvo muy cerca de la muerte… pero se salvó. Después de eso, lo recomendable para cualquier persona es que no vuelva a exponerse a una potencial situación similar. Así que Facundo sabía que, si quería seguir vivo, no podía volver al Everest. Lo que no sabía es que dos años después, el cuerpo ya no tiene secuelas y los riesgos de volver a tener un edema son los mismos que cualquier persona. Con esa información, habló con su mujer y, sin más, activó el plan y allá se fue.

Facundo Arana en el Everest

— ¿Cómo fue el proceso para volver al Everest?

— Hablé con Ulises Corvalán, con quien yo había hecho el Aconcagua en 2010, y me contó que iba al Everest con Lali Ulela, la rionegrina que está haciendo las Seven Summits (N. de la R.: se refiere a la cumbre más alta de cada continente). Le pregunté con quién iban, y me contestó que con Tendy Sherpa, a quien yo había conocido en 2012 y nos habíamos hecho amigos. Pensaba para mis adentros: “Yo tengo que ir”. Y cuando mi médico me dio el OK, arranqué. Un tiempo antes de irme, llamé a Alexia, de Assist Card, le conté mi idea y me dijo que me acompañaban como empresa. De hecho, también me acompañaron en mis entrenamientos previos, cuando fui a Aconcagua. La cuestión es que hice cumbre y me sentí perfecto.

Un alto, camino a campo ll, a 7200 mts

— ¿Cuánto tiempo pasaste en la montaña?

— Son 45 días hasta la cumbre, y después el descenso. Dos meses en total. El ascenso incluye una gran parte que tiene que ver con la aclimatación, con que el cuerpo se adapte a la altura. Subís a un campamento, bajás a lo que se conoce como Campo Base, después volvés a subir, pero a un campamento de mayor altura, y volvés a bajar. De esa forma se hace la aclimatación. Y también vas escuchando a tu cuerpo, vas viendo cómo reacciona. Vos sos responsable de él. Vas caminando muy lento, por la falta de oxígeno, un paso atrás de otro y, mientras tanto, tu cabeza va a mil, con la adrenalina al palo. Es muy fuerte eso. Pero fue bueno. Todos hicimos cumbre y bajamos enteros, sin un dedo congelado.

— ¿Cómo lo ves ahora, a seis meses de haber ido?

— Pasás dos meses de una forma en que no estuviste nunca antes. Imaginate: dos meses fuera de tu casa, de tu vida cotidiana, durmiendo en carpa… Me conocí desde otro lugar. Creo que la relación con las cosas importantes que te pasan en la vida es para siempre.

Resurrección y gloria

Juan Martín Del Potro llegó a sentirse un ex tenista por las molestias eternas en su muñeca izquierda. Sin embargo, y cuando nadie lo creía, tuvo un 2016 inolvidable. Ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río y lideró al equipo que obtuvo por primera vez Copa Davis para nuestro país. Una charla a fondo con el hombre que hizo historia. 

Iban ya cuatro finales de Copa Davis. Y no se daba. Ni con Vilas y Clerc ante Estados Unidos en 1981, ni ante Rusia en 2006, ni aquí ni allá con España en 2008 y 2011 con Del Potro y Nalbandian. Ante los ibéricos, la primera vez, era la oportunidad más clara porque el rival llegaba a Mar del Plata sin su figura estelar, Rafa Nadal, lastimado. Pero en el partido definitorio Del Potro no pudo jugar por una lesión y todo terminó en una sorpresiva derrota para el equipo argentino y el comienzo de una dura interna entre Del Potro y Nalbandian… En la ciudad balnearia, al día siguiente de la traumática derrota, la Torre de Tandil quería hablar de cualquier cosa menos de tenis. Observaba perdido el horizonte desde las escalinatas de un hotel de Playa Grande. Sin embargo, al parecer avizoraba un futuro cercano mejor: al año siguiente fue campeón del US Open y se ubicó en el cuarto puesto del ranking mundial. Pero en 2012, los fantasmas aparecieron otra vez en la Davis, en la semifinal de local ante República Checa: se volvió a lastimar y no pudo definir ante Tomas Berdych. Cuando la Argentina perdió esa serie, la hinchada lo abucheó en todo el Parque Roca. Lo tildaron de “pecho frío” y hasta de “antipatria”, y a partir de ahí el tandilense se enfocó en su carrera personal. Hasta marzo de 2014 se mantuvo en el Top Ten, pero luego dejó de jugar casi dos años por problemas en su muñeca izquierda y descendió al puesto 590. Luego de tres operaciones, durante las vísperas de la Navidad de 2015 pidió un deseo: “Quiero volver a ser el de antes”.

No sólo se le cumplió, sino que “mejoró y se aumentó”, dice vestido con saco, elegante, sentado en un salón del Hotel Intercontinental de Buenos Aires. En febrero de este año, la Torre de 1,98 metros regresó a las canchas sin interrupciones y, un año que era para ponerse a punto, terminó siendo épico: se colgó la medalla plateada en los Juegos Olímpicos de Río y luego ganó con el equipo argentino la Copa Davis, de visitante, en Croacia, la primera para nuestro país. Como frutilla del postre fue elegido el mejor jugador del torneo y se adjudicó el Olimpia de Oro, como en 2009. De estar en el puesto 590 del ranking ATP, trepó al 38 en menos de dos años. “Fue uno de los mejores años de mi vida, y sin entrenador”, destaca.

— ¿Creías que podías tener una mejoría tan rápida tras tu regreso?

— No, y era muy frustrante para mí ir a un torneo y saber que mi físico y mi cuerpo aguantaban la primera ronda nada más y al otro día ya me costaba muchísimo y perdía con uno al que tenía que ganarle. Como a Wawrinka en Wimbledon, que le gané y fue una sorpresa pero al día siguiente no pude jugar, porque seguía con esos problemas físicos y no encontré nunca el ritmo. Eso me frustraba.

— ¿Cuál fue la clave para mantenerte firme y equilibrado en tu situación?

— En definitiva era pensar que estaba jugando al tenis otra vez, con eso me quedaba tranquilo. El tema de mi lesión me ha hecho madurar, como persona me ha hecho ver la vida de otra manera, me tomo las cosas de manera diferente. Cuando voy a la cancha me divierto entrenando y me divierto al ver cómo le pego al revés y cómo juego… y esas cosas me hacen muy feliz. Y el cambio definitivo lo sentí cuando llegué a los Juegos Olímpicos.

Juan Martín Del Potro
Juan Martín Del Potro

— ¿Cómo se logra en plena temporada la dinámica de recuperación que tuviste?

— Una de las virtudes que tuvimos fue armar un calendario inteligente. La prioridad siempre fue mi muñeca y mi estado físico. La gente en los torneos lo entendió, no me presionaba, al igual que los que me acompañan. Después de Wimbledon venía la Copa Davis en Pésaro, y mi situación en polvo en ladrillo no era buena. Ellos entendieron y yo quería estar para lo que necesiten. Me pude preparar bien para el dobles. Ganar y pasar de serie me dio un empujón anímico muy fuerte, que me preparó mejor aún porque venía Río y el Juego Olímpico era especial para mi, por la experiencia de Londres 2012.

— ¿Cómo fue cuando te enteraste que jugarías con Djokovic en el primer partido de Río?

— Por un lado cuando me enteré me puse mal porque no quería irme el primer día de Río, pero por otro lado era una gran experiencia jugar con Djokovic nuevamente, en un estadio lleno… Todos querían verlo a él ganar la medalla de oro. Pero había muchísimos argentinos y sentí que la gente confiaba en que podía pelearle. En dos días o un día y medio jugué lo que no había jugado en dos años.

— ¿Cómo sentiste el acompañamiento de la gente en los Juegos?

— La gente ha tomado un poco mi situación como experiencia de vida. A mí me tocaron unas piedras muy feas en el camino en mi mejor momento, pero a cualquier persona también le tocan cosas feas y hay que saber ser fuerte para ver la forma de salir adelante. Estuve muy cerca de no jugar nunca más y de sentirme un ex tenista, creo que el entorno que tuve a mi lado no dejó que bajara los brazos definitivamente y eso la gente lo notó.

— ¿Fue una revancha ganarle a Andy Murray en la semifinal de la Davis luego de la final que perdiste en Río?

— Me tenía mucha fe, desde el US Open me venía imaginando el partido con Murray, por eso creo que jugué tan bien.

— ¿Qué tiene que pasar para que el revés vuelva a ser el modelo 2009?

— Yo creo que una muñeca nueva, ja já… No sé si voy a tener ese revés que tuve, porque sufrió mucho durante mucho tiempo y es difícil volver a sentir esa confianza plena que le puedo pegar como quiera con el ángulo que quiera, pero poco a poco voy mejorando. A final de año terminé pegando casi un setenta por ciento de revés a dos manos y menos slice, lo cual es una señal que a mí un poco de motivación me da para el día de mañana saber que puedo contar con otro golpe.

— En la final de la Copa Davis remontaste un partido tremendo contra Cilic. De 0-2 a 3-2, ¿cuál fue la clave?

— Cuando perdí el segundo set, me quedé sentado tratando de entender la situación en la que estaba. Me cambié, empecé a caminar al estadio nuevamente y la gente me alentó de una manera muy particular, con una energía positiva y enseguida hice un punto con una Gran Willy, el estadio explotó, me empecé a reír y a liberar tensiones. A partir de ahí empecé a pegarle un poco más fuerte y de a poco le fui encontrando la vuelta al partido. Empecé a jugar con la tribuna, con el árbitro, buscándole la vuelta a lo tenístico, que por suerte apareció en el quinto set.

— ¿Qué tenés pensado para 2017?

— No sé qué voy a hacer en 2017, pero voy a seguir jugando al tenis seguro… Por lo pronto, tengo la tranquilidad de que la copa está en casa.

Puertos ya tiene su proveeduría premium

Se llama La Gran Provisión y está en el centro comercial de la nueva ciudad de Escobar. Con una estética muy cuidada, el local se destaca por su oferta de productos orgánicos y gourmet, que no se suelen encontrar en los supermercados.

La segunda edición en Puertos de la feria gastronómica Bocas Abiertas, realizada el 3 de diciembre pasado, fue la ocasión propicia para la apertura de La Gran Provisión, la proveeduría premium de la naciente ciudad de Escobar. El local, que tiene una superficie de aproximadamente 150 metros cuadrados, está ubicado en el centro comercial o plaza central de Puertos.

En esta primera etapa, el horario va desde la diez de la mañana hasta las seis de la tarde. Sus propietarios buscaron estar a tono con el entorno y marcar una diferencia con un supermercado común, lo que hicieron a través de la estética y la oferta. En este último sentido sobresale la cantidad de productos gourmet y orgánicos, además de algunas marcas que no se venden en supermercados, como Freddo con su línea de ‘impulsivos’.

El surtido abarca todos los rubros, lo que incluye frutería y verdulería, almacén, limpieza, fiambrería básica, helados, alimento para mascotas, productos para mantenimiento de piletas, carbón y lo necesario para un asado, panadería, productos congelados, etc. En marzo próximo se sumará carne envasada al vacío, de primera calidad.