Un premio para la tierra del trébol verde

Días antes del cierre de esta edición se anunció que el Pritzker 2020 fue para Yvonne Farrell y Shelley McNamara, dos arquitectas irlandesas que llevan más de 40 años de trabajo conjunto, en los que han desarrollado una obra con influencias racionalistas íntimamente relacionada con el mundo universitario y académico.

“Yvonne Farrell y Shelley McNamara han practicado la arquitectura juntas durante cuarenta años de una manera que refleja claramente los objetivos del premio Pritzker: reconocer el arte de la arquitectura y el servicio constante a la humanidad, como lo demuestra su cuerpo de trabajo construido”. Así comienza el acta del jurado que acaba de otorgar la distinción más importante del mundo en materia de arquitectura a estas dos irlandesas de casi 70 años de edad, que se conocieron en sus tiempos de estudiantes en la Escuela de Arquitectura del University College Dublin (UCD), a principios de la década del ´70, donde tuvieron como profesores a muchos profesionales racionalistas que marcaron un quiebre en la tradición de la institución.

Se graduaron en 1976, y enseguida se les ofreció la oportunidad de dar clases en UCD, donde se mantuvieron hasta 2006; en 2015 fueron nombradas profesoras adjuntas. “Para nosotras, enseñar siempre ha sido una realidad paralela -comenta Farrell- Es una forma de tratar de destilar nuestra experiencia y regalarla a las generaciones que vienen para que realmente jueguen un papel en el crecimiento de esa cultura. Por lo tanto, es una cosa de dos vías, aprendemos de los estudiantes y esperamos que los estudiantes aprendan de nosotras”.

El Instituto de Minas y Telecomunicaciones, en París.

Sus orígenes

Reflexionando sobre su infancia, McNamara recuerda: “Mi despertar a la experiencia de la arquitectura fue una visita de niña a una enorme casa del siglo XVIII en la bellísima calle principal de la ciudad de Limerick, donde vivía mi tía. Su esposo tenía una tienda de farmacia bordeada de caoba en la planta baja, y ella dirigía una pequeña escuela Montessori en una habitación sobre el hall de entrada. Esto despertó una sensación de asombro sobre lo que podría ser una casa y recuerdo vívidamente la sensación de espacio y luz, que fue una revelación absoluta para mí “.
Farrell comparte: “Uno de mis primeros recuerdos es cuando estaba acostada de espaldas sobre un cojín en el piso debajo del piano de cola que teníamos en casa. Mientras mi madre tocaba el piano encima de mí, recuerdo haber sido consciente del maravilloso espacio lleno de música debajo de ese instrumento de nogal. Crecí en Tullamore, en el condado de Offaly, una ciudad de calles y plazas, almacenes de piedra, casas artesanales y un canal que cortaba una línea maravillosa en el paisaje. Un bosque de robles en las afueras de la ciudad tenía una alfombra de campanillas cada primavera. La naturaleza se sentía muy cerca”.

En 1978 (junto con otros tres profesionales), fundaron Grafton Architects, su estudio. Entre los proyectos más importantes que llevaron adelante en su país en todos estos años se destacan North King Street Housing (Dublín, 2000); el Instituto Urbano de Irlanda, University College Dublin (Dublín, 2002); Solstice Arts Centre (Navan, 2007); Loreto Community School (Milford, 2006); las oficinas del Departamento de Finanzas (Dublín, 2009); y la Escuela de Medicina de la Universidad de Limerick (Limerick, 2012).

Su primera comisión internacional fuera de su Irlanda natal se produjo casi tres décadas después de la fundación del estudio, con la Universita Luigi Bocconi (Milán, 2008), que fue galardonada con el Edificio Mundial del Año en el Festival Mundial de Arquitectura de 2008, en Barcelona. Otros proyectos internacionales siguieron desde entonces, siempre con aplausos de la comunidad arquitectónica. El Campus Universitario UTEC Lima (Perú, 2015) fue distinguido con el Premio Internacional RIBA 2016 por el Real Instituto de Arquitectos Británicos (RIBA). El Institut Mines Télécom (París, 2019) y la Universidad Toulouse 1 Capitole, Facultad de Economía (Toulouse, 2019) fueron terminados recientemente.

De los cinco socios originales del estudio, con el paso de los años sólo quedaron Farrell y McNamara. Actualmente son becarias del Instituto Real de Arquitectos de Irlanda y becarias honorarias internacionales de RIBA. En el plano académico, ocuparon la cátedra Kenzo Tange en la Harvard Graduate School of Design (2010) y la cátedra Louis Kahn en la Universidad de Yale (2011) y han enseñado en instituciones como École Polytechnique Fédérale de Lausanne y Accademia di Architettura di Mendrisio.

Entre los premios anteriores que recibió Grafton Architects sobresalen el Biennale di Venezia Silver Lion 2012 (por la exposición Arquitectura como Nueva Geografía), la Medalla RIAI James Gandon por su trayectoria en 2019 y la Medalla de Oro Real RIBA en 2020.

La Loreto Community School, en Milford, Irlanda.

Las razones del jurado

Para fundamentar su decisión, el jurado del Pritzker expuso: “Grafton Architects ha perseguido de manera constante y sin vacilaciones la arquitectura de más alta calidad para el lugar específico en el que se iba a construir, las funciones que albergaría y especialmente para las personas que habitarían y usarían sus edificios y espacios. Tiene una obra que incluye numerosos edificios educativos, viviendas e instituciones culturales y cívicas. Pioneras en un campo que tradicionalmente ha sido y sigue siendo una profesión dominada por los hombres, Farrell y McNamara también son faros para los demás al forjar su ejemplar trayectoria profesional”.

“Su enfoque de la arquitectura siempre es honesto, revelando una comprensión de los procesos de diseño y construcción desde estructuras a gran escala hasta los más mínimos detalles. En sus grandes edificios, como el Campus Universitario UTEC (2015) en Lima, Perú, o el Edificio de la Escuela de Economía (2008) en la Universita Luigi Bocconi, han logrado una escala humana a través de la composición de espacios y volúmenes de diferentes tamaños. Los diálogos que crean entre edificios y alrededores demuestran una nueva apreciación tanto de sus obras como de su lugar”.

“Por su integridad en el enfoque de sus edificios como por la forma en que llevan a cabo su práctica, su creencia en la colaboración, su generosidad hacia sus colegas, su compromiso incesante con la excelencia en arquitectura, su actitud responsable hacia el medio ambiente, su capacidad de ser cosmopolitas al tiempo que abraza la singularidad de cada lugar en el que trabajan, por todas estas razones y más, Yvonne Farrell y Shelley McNamara reciben el Premio Pritzker de Arquitectura 2020”.

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