“La edad está en la mente”

A sus 106 años, la artista plástica argentina Ides Kihlen continúa con su trabajo de manera activa. Pintar le provoca placer y sus obras reflejan su alegría de vivir.

Hace poco Ides Kihlen estuvo internada en terapia intensiva, pero poco duró la preocupación de su familia, ya que a los pocos días estaba pintando nuevamente, y a la semana respondiendo esta nota. “No creo en la edad, creo que la edad está en la mente. Nos decimos que podemos o no podemos y eso hace la diferencia”, afirma Ides Kihlen, la artista plástica que el 10 de julio cumplió 106 años. Nombrada “Personalidad destacada de la cultura” en el año 2018, su reciente muestra -conformada por 40 pinturas- fue en el Paseo de las Artes Duhau; sin embargo, a lo largo de su carrera no sólo se destacó en los grandes museos y galerías de nuestro país, sino también a nivel internacional. 

Más allá de su talento, su carrera trascendió casi de casualidad. En 1999, un galerista entró a su casa interesado en comprar una obra de otro artista, que su familia había heredado y, de casualidad, detrás de una puerta entreabierta vio las pinturas de Ides, así que ofreció llevarlas a la feria arteBA. Al año siguiente, todas se vendieron con un gran éxito. “La obra está siempre completa en mi mente. Yo ya sé lo que quiero lograr”, cuenta la longeva artista nacida en 1917.

—¿Cómo fue su acercamiento a la pintura y a qué edad?

—No tengo recuerdos de mi vida sin pintar. El arte me acompañó desde que tengo memoria. Empecé jugando de muy chica y, aunque luego estudié durante muchos años en grandes academias y con grandes maestros, nunca dejé de vivirlo como un juego. 

—¿Que la inspira a pintar y en qué momento lo hace?

—Pinto siempre. Todos los días de mi vida desde temprano, en la mañana. No concibo la vida sin pintar. Para mí, a esta altura, es una rutina adquirida pero además una necesidad. 

—¿Qué significado le da al número 5 que aparece en algunas de sus obras?

—Me apareció cuando mi nieta era chiquita y hacía sus cuentas en el cuaderno. De allí salió la Serie de los Pizarrones, y para mi es un número mágico que repito muchas veces. 

Nacida en la provincia Santa Fe, Ides pasó su niñez a orillas del Paraná. “Mi infancia fue muy feliz, vivía en el campo, pintaba y tocaba el piano. Hoy la música tiene una enorme influencia en mi arte, las notas y los sonidos son colores y formas. Yo veo una pintura y para mí tiene una melodía. Todo está unido y es parte de la misma expresión”, cuenta. En Buenos Aires, tempranamente entró en la Escuela de Artes Decorativas y así se perfeccionó en la plástica, hasta el día de hoy, que continúa su trabajo de manera activa. 

Próximamente, un libro sobre la vida y la obra de esta artista será editado por Andrea Giunta, curadora e historiadora de arte. Sin embargo, más allá del mercado artístico, pintar es puro placer para Ides, y sólo lo hace para ella misma. “De hecho, lo hice durante 80 años sin que el mundo lo viera. Obviamente el reconocimiento me halaga, y ver que a la gente le llega mi arte me alegra enormemente. Pero no pinto por eso. Pinto por y para mí, el éxito no modifica nada”, afirma. 

—¿Cómo disfruta de la vida, o qué es el disfrutar de la vida para usted?

—Para cada uno de nosotros disfrutar de la vida puede ser algo distinto. Yo disfruto de la mía. Hice lo que sentí hacer a través de la música y la pintura, aún cuando viví en una época en que se esperaba otra cosa de las mujeres. No me arrepiento de nada. Fui fiel a mí misma y a mi deseo más grande. 

—¿Que otras cosas le gustan hacer además de pintar?

—Me gusta pasar tiempo con mi familia y mis animales. Me gusta tocar el piano, componer música y también tomar mi copita de champagne. 

—¿Han quedado cosas pendientes en su vida?

—No siento que haya dejado cosas pendientes. Siempre voy a querer algo más, seguro. Eso es estar vivo.

Más info sobre 

Ides Kihlen: 

www.ideskihlen.com 

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